jueves, 18 de diciembre de 2014

Sobre reprogramación





Me permito ser víctima de las circunstancias. Es un hecho.

Estoy orgulloso, en lo personal, de poder hacer cambios en mí, de cambiar rutas neuronales que llevan siempre a los mismos lugares nocivos para nadie más que mí.

Por un par de horas en el día de hoy sufrí de un humor que rechazo y de un pensamiento que sólo me trae malestar. Es cierto que sufrí contratiempos, pero ninguno diferente al que pueda pasarle a otro humano cualquiera y lo que es peor, si esas cosas tan azarosas fueran para ponerme de mal humor, jamás me preguntaría por qué me llegan.

"No te tomes nada como personal"  Es una vital enseñanza para encontrar la alegría. Hoy dos personas olvidaron pequeños acuerdos que significaban mi aporte de tiempo y me sentí despechado por un rato, creo que fué el disparador de mi mal humor.

"No te quieren, vives olvidado, tu cariño va a la basura" Esos pensamientos se me cruzaban, pero me encontré en un pilar de racionalidad: Ninguno tiene la culpa.

Enojarme? Con quién? Fué fortuna y nada más, o es que yo no olvido cosas? O es que no podría pasarme a mí?
No, el Enojo quiso golpear mi puerta, pero no encontró aceptación. No había con quién enojarme (Y agradezco caer en esto, el Enojo es la emoción que más me consume).

En seguida, como bien nos marca el maestro Yoda, vino la tristeza. Y esa sí que se tomó una tacita de té y estuvo un rato, es cierto, me puso triste no poder ver a dos personas que quiero con mi corazón y alma, más aún si es por olvido de su parte. Pero la tristeza no llevará a nada más que a la lástima propia y eso sencillamente deshace la persona fantástica que uno puede ser. Lo siento, Tristeza. Tengo compromisos y debo servirte tu última taza.

La Frustración estaba en la puerta cuando la Tristeza se fué y tenía algo para decirme: "Es frustrante que lo que buscás no llegue" y no podía decirle algo distinto, sí, es frustrante. Así entró un tiempo y me dejó un mal sentir, por un tiempo.

Llegué a casa y limpié, limpié mi habitación (Que lo adeudaba bastante) saludé a mis plantas (Casi les leo, pero se estaba yendo el sol) y empaqué una tele con la cual debemos lidiar entre dos.

Quizá sea cierto que en el día no han hecho algo por mí. Mejor dicho, que otros no han hecho algo por mí.

Las tres visitas me desgastaron y no podía estar cerca de gente, si algo malo les pasaba yo lo recibía aún peor, fué un día rudo, nada más. Cuando dediqué tiempo a mí, encontré que el accionar siempre está posible para poner a alguien mejor, especialmente si ese alguien es uno.

Con eso hecho, me decidí a escribir esto y soltar enojos y frustraciones. Con eso la Tristeza entiende que no tiene mucho más que hacer.

Y sólo queda uno, y yo me quiero sentir bien.

Me prometí cerveza si plasmaba esto bien, creo que iré a por mi mimo del día

Salud!

sábado, 6 de diciembre de 2014

Mañanas y horizontes



Anoche me fuí a dormir convencido de que la noche (en realidad el fin del día, era ese crepúsculo indefinible) no tenía más para ofrecerme, para lo poco que supe de ella, tenía razón.

Tuve sueños que no fueron FEOS (así llamaba a las pesadillas de chico) pero que me dejaron con una sensación de no tener, de estar incompleto, de falta.
Suele costarme despertar y arrancar, sólo esos primeros minutos, hasta que estoy fuera de la cama. Entonces puedo decidir si tirarme a dormir más o directamente empezar mi día, en este caso opté por lo segundo, no creo que pudiera resolver mucho más en mi plano onírico.

El sentimiento de no tener cuanto quería no se fué, la vigilia me recibió con esa sensación constante y me dí cuenta de que no se iría sola, debía hacer el trabajo de estar bien. Limpié un poco mi casa, siempre es un buen principio, y me dí cuenta de que debía tomar acción para con alguien (el sueño se trataba de distancias inexplicadas con alguien) y necesitaba acercarme.

Tomé el libro que actualmente estoy leyendo, es sobre aventuras, y con mi desayuno recibí al sol en mi terraza, leyéndole en voz alta a mis plantas.
El calor de una mañana hace un tiempo me invadió. Esa paz que rara vez encontramos en la ciudad, pero que se encuentra en cada paso cuando estamos a la deriva en la naturaleza, me supo encontrar.

No me decía que todo estaría bien, no me dió una solución inmediata a la distancia pero sí hizo que lo malo ya no invada al presente, que quede en el pasado y ya. No lo hizo mágicamente tampoco, sino que me dió el lugar a mí para que lo haga.

Leyendo sobre las aventuras de Bilbo en voz alta, pude vincular con seres que dependen de mí y que amo hacer crecer.

Con ese regalito de mi persona dí hoy: Amo hacer crecer.

Esa sensación me dió la templanza absoluta, cosas malas nos pueden pasar a todos pero no hay caso en enfocarse en por qué pasaron. Un pensamiento que sí me perturba cuando algo malo me pasa, es si no me pasa porque haya estado errando.

Supe entonces (recordé, mejor dicho) que no soy malo, soy hermosamente bueno. Amo hacer crecer, ahora más que nunca dedico mi tiempo a eso y quizá han habido cosas, situaciones y personas que me han hecho crecer y quizá lo que más duela es que ya no lo hacen, han sido vitales, pero ya no pueden hacerme crecer a mí, no hacia donde yo quiero al menos.

Eso me explicó mucho y me llenó de expectativas. Ví por un momento el camino que vino detrás, que fuí formando y me hizo entender que mismo desde donde estoy, puede trazarse otro el cual veré algún día en el futuro, espero que con una sonrisa aún más grande.

Me acordé de que todo está bien y de que cada día tiene un pequeño secreto y un diminuto paso para llevarnos un poquito más adelante y bien que no sabemos a dónde.

Esa incertidumbre es hermosa, es la promesa de la tierra en el mar, es la cruz en el mapa que eternamente se mueve, es el aroma y fresquito en la cara mientras uno camina de A a B.

Es un poquito de vida y a veces me olvido de que está ahí, creo yo, que es sólo para reencontrarla y darme cuenta de que no importa cuántas veces pase, no deja de sorprenderme.



lunes, 1 de diciembre de 2014

Sobre redención.


En algún momento hace algunos años, me perdí.

Me olvidé porqué pasaban cosas buenas y del valor de esas mismas cosas, esos momentos de verdad.
Me olvidé de lo mucho que hay en la renuncia a deseos construídos por estímulo externo. A veces pasa y hay que comprobar el origen de ese deseo, creo que buscar algo que no quería es lo que me tuvo tan mal tanto tiempo.

Creo que estaba descentrado y no podía entender qué quería, estaba sin confianza en la brújula de mi persona, pensé que la satisfacción vendría cuando empezara a hacer y obrar para alguien que quería ser, no quien soy.

A veces el deseo, la ilusión de importancia, nos lleva a transitar caminos que sólo nos sirven para aprender cuáles no son para nosotros.

Abandoné un poco mi filosofía de vida durante esos años buscando algo más, sólo para darme cuenta de que no volví a sentirme centrado. Es como viajar, sólo para entender cuánto extrañamos casa.

Saberlo ahora, especialmente tras la vivencia de la tormenta, lo hace legítimo, tiene un motivo de ser.

Olvidé que no debía dejarme llevar por las noticias amargas y desentendidos, olvidé que si pienso que el mundo está oscuro, la luz puede empezar por mí. Olvidé que tengo fuerza para provocar el cambio que quiero.

Agradezco hoy y ahora por lo difícil que hubo antes, para mostrarme qué me es genuino hoy.


Gracias <3 br="">

lunes, 24 de noviembre de 2014

Sobre seguir.





Ha sido un fin de semana inusual, si es que hay dos parecidos para decirles "iguales". Mis pensamientos se encontraron en muchos lugares, en pocas personas y nunca en conflicto, por suerte. Creo que han sido más emociones que pensamientos, por eso no sentí la cabeza gastada.

Me encontré pensando en lo que se busca. Uno hoy por hoy puede pensar en arrepentirse de acciones pasadas, pero el cambio ha sido tanto, que ahora sabemos que lo hecho es algo que no representa a quienes queremos ser.

Hay un error así que cometí de chico. Le negué a mi papá jugar un videojuego conmigo porque me retrasaba. Nunca volvió a jugar conmigo por más que le ofrezca, mi arrepentimiento es enorme.

Pienso en eso y mis deseos escalan en primera instancia, jamás haberle negado la participación. En segundo: Que me disculpe y él pueda resumir el juego.

Hoy por hoy, me doy cuenta que al errar, no tuve mucha más posibilidad de sobreponer mi acto. Es decir, no puedo viajar en el tiempo y no puedo hacer que él se sobreponga a mi actuar. Pensé entonces, que tras mi cruel respuesta, con algo de comprensión del otro lado, podría transformarse en algo pasajero y todo volvería a la normalidad. Pero no estaba en mi poder.

El deseo de que algo de eso cambie era inmenso, pero no podría suceder de manera alguna. Ésto me dió una angustia fuerte.


Esa angustia no podía quedarse. Es que no pasaron un domingo angustiados? Qué tal un feriado después de eso? No señor, algo debía hacerse respecto a todas esas cosas que no se pueden cambiar.

Hay cosas que pasaron, me pasaron con respecto a otras personas. Y caí en la cuenta de que yo sí tengo el poder ante esos casos. De hacer que ofensas que bifurcaron posibilidades tengan la misma importancia que una nubecita en el cielo. Pero debía ser ferviente con la decisión, pues sólo yo sufriría tras ella. Es que perdí tanto contacto con mi lado luminoso como para no dejar pasar algo que me afecta? Algo que no es necesariamente malo, sólo que me afecta.

No pude permitirme sufrir por eso más, no pudiendo cambiarlo para que la vida me aporte aún más.

Hay algo más a ver a cada lugar que se vea y este pensamiento no estuvo siempre en mí. Agradezco haber pasado por lo amargo para apreciar lo dulce. Pensaba que sabía cuánto valía desde un principio, por el miedo a que los malos vientos soplen.

Ahora sólo quiero tener fuerza para soportar las situaciones rudas, no quiero evitarlas más. Pues gracias a ellas he purgado de mí todo lo que me traerá tristeza y de tanto caer uno sabe que puede levantarse de nuevo.

Un finde de soledad me recordó que no todo está tan mal, ni tan escrito, ni siquiera el pasado.

Perdonen a alguien o suelten algo hoy, es mi recomendación

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miércoles, 19 de noviembre de 2014

Sobre fueguitos



Crecer involucra mucho. Hay cambios en cada momento que vivimos, que atestiguamos, momentos diminutos que no sabemos cuándo volverán para hacernos entender que han tenido una parte vital de quienes somos.

Pasé por muchas cosas, estoy pasando por muchas otras y me sorprende que lo que quede, sean la misma clase de valores, de recuerdos. Es realmente un pensamiento hermoso, una lección vital para entender que cada día conlleva una sonrisa.

Tuve vivencias que me han vuelto más rudo, pero eso no me hace menos cándido, no me hace menos sensible.
Claro que quizá haya desarrollado más cancha en este campo de "rudeza" pero hay una parte de mí que no puede ser tapada y eso es lo hermoso de lo que se mantiene tras los años.

Me ví recordando momentos y pensando en cómo ciertas decisiones podrían haber sido mejores, pero sólo por distracciones que me han sabido entretener, para hacerme entender que son las pequeñas cosas las que importan.

Momentos que me salvaron la vida se constituyen de acciones pequeñas, de demostraciones sencillas de cariño y positividad.

Lo entendí en un tiempo atrás, sabía que era lo correcto aportar con una sonrisa, un gesto, una pregunta para mejorar un poco el día del otro y es por eso que lo hacía. Tiempos difíciles hicieron que me concentre en mí, porque no estaba bien, y concentrándome en mí encontré mucho placer, tiempo que necesitaba y espacio relleno de calma e instrospección.

Enfocarme así hacía también que estuviera solo con lo que me daba pesar, sintiendo yo mis emociones negativas.

Es cierto que son las pequeñas cosas las que hacen una pequeña luz para mantener algo a ver en la oscuridad, pequeñas acciones de cada día que nos hacen mejores y alejan lo malo, no de otros, sino de nosotros. Hacen que nosotros seamos mejores, suman a nuestro lado luminoso y nuestra luz contagia a otros.

Quizá no cambie la vida de alguien el cocinarle algo con amor, despertarle con comida o esperarle a donde sabemos que estará para darle algún mimo, pero sí va a aportar a lo que somos nosotros, a lo que es uno que bien puede ser una gran pila de pequeños cariños.

Creo que es esto lo que me faltaba entender para poder darle un sentido, parece que no bastaba hacerlo sólo porque "está bien", sino que aporta a la mejor parte de mí, la que ahora me doy cuenta que quiero hacer crecer.

Entiendo ahora que por lo primero que ayudo al otro es para mí, porque es quien quiero ser, poner los pensamientos en uno lo convierte en una isla, alguien a quien las cosas le pasan y no las hace suceder.

Es un milagro cada buena acción, realmente. Un escalón más, no hacia el cielo, sino a la alegría. Un paso más cerca de construír el mundo que uno quiere.

No siempre supe esto y no puedo sentir más que agradecimiento al ver que llegó en un tiempo temprano de mi vida, cuando veo que me queda tiempo para aportar a esta causa, a la felicidad, al esfuerzo diario que es un oficio divino.

Cada persona que ha interactuado conmigo tiene un poco (cuanto menos) de esto. Desearía haberlo sabido en momentos pasados, quizá para alimentar más y no soltar a algunas, pero me han enseñado ahora.
Es una fórmula mágica, que permite que el sopor de dolencias se desvanezca y caduque.

Me crucé con los fueguitos de mucha gente, quienes brillan y no saben enteramente cuánto, no para mí.

Hoy son responsables de que me haya vuelto más, de que sea mejor.

Y por eso, viva el amor.

martes, 11 de noviembre de 2014

( )


Superarse tiene un coste de valentía enorme, una necesidad de mantenerse entero que requiere repasar situaciones de dolor.

Hoy lo sentí así, emociones bloqueadas, a las que no puedo acceder por hechos pasados, que me hicieron sentirlas. Creo que está realmente difícil encontrar algunos recuerdos, el tiempo es la niebla más densa a veces, como si el enojo y la tristeza hubieran ardido y dejado humo en ese lugar poco ventilado, haciendo que todo sea difícil de encontrar.

Tuve la imagen, en mi cabeza, de que al intentar mirar hacia eso que intentamos dejar de lado en lo que a recuerdos dolorosos respecta, tras echar algo de luz, dispersa todo el hollín y quizá ahora sí tengamos un entendimiento apto.

Sentí que estos recuerdos tenían a mi amor encerrado, y no hablo de una figura o persona. Hablo de mi capacidad de sentirlo, mi sentimiento de amor estaba tomado de rehén por malos recuerdos! Y lo peor es que no son malos realmente, sólo que supo afectarme el que sólo sean recuerdos, pero ya me sentí listo para permitirme discernir.


No es que esté interesado en sentirlo enseguida, es sólo que me pertenece.

Gracias por un discazo <3 br="">

lunes, 29 de septiembre de 2014

Sobre paz interior.









Hacía un tiempo buscaba una nueva provocación en mi cadena de pensamientos, sentía que terminaba en el mismo círculo, que no descubría nada nuevo y eso sólo podía darse por un problema de percepción mío, pues es más que seguro que cosas nuevas pasan todo el tiempo.

Un período de mi vida se sintió prematuro, siento que estoy volviéndome un adulto realmente y eso significa poder conllevar y hacer concordar al niño interior con el mundo contra el cual se choca, que siga vivo y entendamos por qué, o sino sólo seré un preocupado más.

Me sorprende sentir que salgo de una tormenta y poder mirar atrás, anclas que ya no están. Me sorprende que tras largo tiempo de pensar que la amargura de no poder ser sorprendido fuera mía, agradezco a todo que eso solo fuera ingenuidad.

Me he aferrado mucho a lamentar que las cosas no resulten como yo necesitaba emocionalmente y no me permitió ver la belleza de lo que sí sucedía. Hubo tiempos y tiempos, era difícil encontrar belleza en el momento de dolor pero ahora empiezo a entender a qué costa me ha traído ese naufragio.

Cuando nos permitimos el enojo actuamos como si viviéramos para siempre, permitiéndonos ser rudos con alguien a quien queremos, sólo para que una circunstancia nos deje con esa efusión de actos como nuestra última acción hacia alguien que tanto queremos, y que es con todo lo que nos quedaremos de esa persona, la energía positiva. En mi experiencia, lo negativo se pierde en el tiempo, el pasado y el futuro tienden hacia la luz, pues cada vez recuerdo más cosas buenas que malas y el pasado se crea constantemente, como el futuro.

No he aprendido poco de mi experiencia de enceguecimiento y enojo, pero es bastante resumible: No quiero sentirlo.

El orgullo, el reclamo, ese lobo acecha por cada emoción de la que se pueda alimentar.

Me alegra hoy, haber aportado al otro lado, a emociones positivas en mí. Mi esfuerzo es mi recompensa.

jueves, 4 de septiembre de 2014

Sobre abrazos a distancia



Hice este blog para hablar de sensaciones, y quiero hablar de una influencia muy fuerte en estas en mis últimos años.


Hace años, estaba en el living de un amigo, jugando con él y sus dos hermanas. Apenas si me había comprado un cd en ese entonces y creo había sido de Korn.

Jugando, dejábamos MTV de fondo, pues la música siempre me gustó, nos gustó. Sonaba esta canción de fondo, donde Gusti maneja un helicóptero con diferentes compañer@s, me acuerdo de preguntarme de dónde salió el pibe, no lo junaba ni cerca, pero no junaba nada que no fuera una banda extranjera que sonara en la radio y conociera por tres temas.


Empecé a escuchar la música y la analicé a lo largo del tiempo, pero después empecé a sentirla, no en el estómago, sino en el pecho y la cabeza y vos estabas en eso, me hiciste sentir tanto... Hace poco aprendí mucho de vos para quererme, hacían años desde que me quise como debo, pero me recordaste con acordes y una voz preciosa que todo está bien si entro en sintonía.

Abrí este blog para hablar de sensaciones y vos me transmitiste muchas sobre las cuales escribí, el amor me costó siempre, pero fué mejor cuando lo reflexioné, medité o viví con tu arte, es como un mantra que me recuerda mucho de lo que quiero vivir, el cómo quiero esta vida.


Amo a las personas grandes, yo aspiro a ser una todo el tiempo y lo dejé de lado un tiempo, pero vuelve cada tanto, ahora ha vuelto para quedarse y fuiste parte de ello. Ayudar, regar a otros es algo que hace a alguien grande, es lo que me gusta hacer y vos me lo hiciste a mí, nunca me conociste ni yo te conocí pero igual, en algo que dejaste en el éter, me hiciste bien, esa es la forma en la que uno hace magia, vos sos un mago.

Gracias por recordarme cómo me gusta sentirme. Hoy fué una prueba, me permití enojarme por emociones difíciles y me avisaron que se terminó tu pasaje al otro lado y me quedé helado. No pude seguir la corriente de pensamiento y pensé en que ya no estabas, pensé en lo que dejaste y lo que siento cuando te escucho y me dí cuenta de que estaba entrando en algo que rechazo; el enojo.

Hoy me salvaste de un río de emociones que no quería con tu último legado, un cachetazo en la cara que me recuerda que estamos acá ahora, que es casi la única verdad.

Hoy aprendí a esperar un poco más y recordé que tengo que sentir, bueno o malo pero sentir.

Cambiaste al mundo, cambiaste al mío y en los cambios que yo haga, quiero que se reflejen las sensaciones que me diste, porque tanta paz y cariño no pueden estar mal.

Gracias por venir.

martes, 2 de septiembre de 2014

Manifesto (Extracto del 4to cuaderno azul)



"Muévete, y el camino se hará solo"


"Hay momentos incomparables. Algunas veces la situación es un regalo del universo y otras fruto de nuestro esfuerzo, aunque siempre hay algo de ambas.

Estoy teniendo un momento así, donde hay claridad, donde hay belleza. Tuve que mirar hacia atrás para contrastar porque hasta hace poco (y durante mucho) tiempo estuve enojado.

Me molestaba mucho por muchas cosas, cabreado por heridas y sensaciones esclavizantes. Recuerdo estar deshecho en la cama, sin poder parar de llorar y con un dolor de pecho emocional tan fuerte que se sentía real, esa noche creí que moriría, pensé en lo que había vivido hasta allí y estaba dispuesto a aceptar y recibir a la muerte casi abrazándola y besando su mejilla, o sus labios, para agradecer por la liberación del dolor e irme feliz de este lugar.

Como mucho de lo que se emprende en malos momentos, este plan no se pudo concretar.
No podía admitir derrota y la muerte no quería ganarle a un adversario ya sin fuerzas, creo que es un terrible limbo esa situación.

El llanto me alcanzaba ocasionalmente, a veces en el trabajo, otras veces en fiestas de las cuales debía escapar. Nunca tuve mayor tristeza.

Una noche me zambullí en una tormenta en la terraza de mi casa y no distinguía mis lágrimas, procesé un poquito cada día y me dí cuenta de que la muerte no tiene interés en ganarle a un derrotado, de donde pudiera debía tomar impulso y vivir.

Antes me enojaba con la gente acusándole de fomentar el circo del dinero y el éxito, de no entender el dolor que mitigan con eso.

En el sur, me encontré de nuevo tan lejos de todo con miradas de mi gente, miradas hermosas y reales. Me dí cuenta de que aún en la montaña, en lugares que pasan años sin ser pisados, algo está pasando.
Pude ver y sentir un poco de la danza universal y que no pasa todo por mi dolor, que uno vino a esta vida a encontrar cosas, no a juntar todo cuanto pueda como si de un saqueo se tratara, pues de este lugar nos llevamos nada.

La muerte debió haber notado mi aire y me dió un nuevo desafío, un pelotazo para que devuelva y me dí cuenta de que envejecí por dejar de jugar, y recordé que amo jugar.

Se empezó a terminar el enojo y una noche rompí el ciclo y pude disfrutar de la gente, de un vinito con alguien o una película.

Sonreí y (poniendo ganas) el universo se puso a mi favor, entendí que soy agraciado en cada momento y que no me quiero enojar.

En esta vida queremos conectar, ser relevantes, cuando buscamos aislarnos, creo, estamos haciendo un rechazo. No vemos lo que podemos aportar, sino lo que podemos evitar.

Qué lección, mis amigos. Entender que cada día, por pequeña sea, tiene en él una victoria, pues si despertaste no has muerto y en ese día sólo tenés que vivir."


Pura vida:


martes, 19 de agosto de 2014

Sobre sanar con amor.



Creo que las ganas de enfrentar mi enojo fué cuando me dí cuenta de que los temas recurrentes a mis escritos eran desamores y no perspectivas para que la vida crezca, sino con lidiados del pasado, que son más que vitales, pero ya tomaba mucho tiempo.


Sentirme como hoy era un proyecto hermoso que tuve desde que me encontré con verdades que no puedo cambiar, al menos no con un esfuerzo que sea justo.
De seguro habrán vivido algún día la sensación de soltar una mochila y eso me sucedió.

Leí sobre cómo las perlas son en realidad las capas que genera una ostra para sanar, de algún sufrimiento, sale una de las materias más únicas en este mundo. Creo que de heridas sanadas con amor crece la gente más única de este mundo.

Si no lograba sanar con amor iba a alimentar el dolor y no podés hacer que algo deje de afectarte si no lográs terminar con un cálido sentimiento hacia ello, no importante por demás, pero no carente de alguna forma de aportarte algo bueno.

Hoy quiero darte amor por convertirme en quien soy hoy, de mis heridas, las que yo me dejé hacer, ha surgido el amor que las curó, un proceso que necesitaba para que haya lo que tanto pedía, "Más amor, por favor".

Con dificultades y ajustes soñaba con plenitud para convertirme en algo más, encarrilarme a una aventura hermosa de un nuevo ciclo de mi vida. Puedo sentir la tierra de mi pecho ya fértil para dejar crecer un nuevo amor y con un invierno ya pasado, listo para el calor.
Uno se pone tan reticente a retomar experiencias con miedo a un resultado igual a veces, más si el resultado ha traído dolor o frustración, sentirse superado constantemente por una situación.

Hoy pude hacer las cosas distinto y me trajo amor, amor que brota de mí y una sonrisa genuina que me da el sol y recuerdo tiempos en los que la vida probó que puede ser hermosa y da fé de que el resultado no tiene por qué ser el mismo, no tiene por qué ser malo.

Un nuevo terreno para un nuevo brote de amor.

Es lo malo de ayer lo que me dejará amar de una forma más y nadie jamás amará como yo amé.

Hoy entiendo lo único en mí y lo hermoso en todos los rincones y es la dicha y la felicidad, a veces me cuesta aplicar mis reglas como "Disfrutar de lo pequeño" pero creo que me voy a volver más que efectivo en eso.

Que haya amor.

martes, 1 de julio de 2014

Sobre crecer. (Extracto del 4to cuaderno azul)


Escribí este texto en el cuaderno, como una entrada más, luego me dí cuenta de las ganas de compartirlo asique bueno, espero les guste.

"El concepto de 'suerte' es parte de la mitología del humano, si me preguntan.
Antes de Tesla o Faraday, sólo Zeus controlaba el relámpago, pero los misterios también están vivos y un día deben morir.

Pensé hoy en la suerte, cuando pienso en 'suerte' pienso luego en 'destino' que es sólo otro mito para explicar una sucesión de 'suertes'.
A veces la suerte es una explicación a lo que no entendemos y otras es una excusa. Hay impedimentos, cosas que no podemos cambiar y vinimos a este mundo a aprender cuáles son esas cosas, pero creo que dimos con pocas o ninguna.
La suerte nos justifica a veces, no todas las podemos ganar pero nos podemos ir de este lugar habiendo jugado a todo.

Alguien de seguro dirá que un pensamiento o actitud no pueden cambiarlo todo y es verdad. Pero se irán de este juego sin tocar lo que un trabajo de enfoque y meditación sí pueden afectar.

No entiendo la motivación mediante castigo, pues ese incentivo (el peligro o amenaza) dispara la preservación. Por ejemplo: a una persona le pica una serpiente en la mano y como es fuerte entre los seres humanos, decide cortarse el brazo para sobrevivir, en cambio si ponés comida en la cima de una montaña, la persona sabrá que es capaz de treparla.

Asocio la preservación (ante obstáculos más sencillos que una serpiente o montaña) como un deseo de suerte. Un deseo de mantenernos inmaculados de lo malo pagando el precio de ser débiles por la comodidad de no ponernos a prueba.

Pagaré mi aprendizaje con todo el dolor que me traiga, pues no puedo cambiar al mundo con una idea.

Pero esa idea puede levantarme cada vez que el mundo me tire abajo, porque ya lo entendí y quiero ayudarle, verán, el mundo también tiene miedo de cambiar.

miércoles, 18 de junio de 2014

Cambio de aire.





Ya hacían dos días desde que hice el hechizo y funcionó de mil maravillas, pero en cuotas. Tenía una entrevista para trabajar unos 45 días y quizá darme un trabajo fijo en una sequía de lo propio.

Me subí al colectivo con tiempo de sobra leyendo un cuento de Soriano, en el libro "Rebeldes, soñadores y fugitivos" que me regaló mi prima, acertando en estimularme en lectura, algo que hacía meses había dejado de lado, al menos en lo que literatura es.
La mañana fresquísima me hizo prometerme que sólo leería un cuento  por tramo, así podría tener tiempo sentado de mirar por la ventanilla que es mucho más entretenida (a veces) que la tele nueva que conseguimos con el Pelado, lo que ocupó la mitad de mi tiempo.
Terminé el cuento en menos de un cuarto del viaje, con lo que (no sé si les pasa a ustedes) todos los pensamientos me sonaron a que los leía de un libro y era entretenido el sólo hecho de tenerlos, no me acuso de pensar poco, pero no destaco por eso.

El 110 es un colectivo que siempre ató un recuerdo recíproco para con otra persona de la cual voy a hablar en unos renglones y me gustó tomarlo siempre, por más que te pasee por medio Buenos Aires, te sigue llevando a muchos lados, en consecuencia de las tediosas vueltas que da (salvo que te logres un asiento primera fila junto al vidrio y no tengas que ceder el asiento) casi como la vida.
Llegando al barrio de Recoleta, no sin hace media hora pasar por la esquina de la casa de mis padres, se me dispararon recuerdos de las calles que conocía, que conozco. En un segundo y medio tuve recuerdos de caminar por alguna que otra que pasaba el colectivo y uno se pregunta qué hacía o hacia dónde iba cuando las recorría y no hubo excepción en la pasada que le dí al barrio.

Fué sólo para el final de mi recorrido, pues antes todo el entorno es entretenido, pero casi que llego hasta la zona conocida de Santa Fe y Callao por arte de magia, lo que pasa entre Scalabrini y Santa Fe escapa a mi cognición, será que siempre que paso por ahí me pierdo en los pensamientos justo en el tramo ese, en fin, esa respuesta no la tengo.
Eran las 11 y al bajarme del colectivo quedaron unas cuadras y recordé que lo único que me llevó a frecuentar esa zona fué una muchacha (todo lo esperable) que fué mi novia en tres ocasiones, en tres meses diferentes y consecutivos.
No voy a dar nombres para hacerme el exquisito y por si algún día alguien (o quizá hasta yo) vive de la publicación de éstos textos, pero hoy de quienes leen éste espacio, con un par de hiladas calculo sabrán deducir y si de casualidad vos lo estás leyendo, te mando un saludo en vivo.
Teníamos un vínculo divino para dos personas que trabajaban juntas, así la conocí, de fortuna realmente, mitad porque la vida nos puso en un mismo lugar cinco veces por semana y otra mitad por abrir los ojos entre lo despistado que soy para dar con intenciones ajenas y lo ancho de mi coraza.

Fué una mirada, así como en un segundo y medio mi pensamiento me dijo que mis recuerdos de Recoleta eran con ella, la mitad de tiempo tomó saber que me quería. En el trabajo habían espejos y un par de veces la pesqué mirándome (No es sólo por ser lindo, sino que me tocaban dar anuncios y no era tan loco) un momento de más, o a veces sólo por darme vuelta rápido.
Hablé un poco más con ella y creo que al par de días me dí cuenta de que si me acercaba, ella se ponía toda colorada. Tardé como dos semanas en lograr que salga conmigo con todo lo que estudia y cuando lo logré fué ella quién me agarró la cara y me comió la boca a través de la mesa de un bar al cual nunca volví después de la relación. Creo que si mañana me despertara seis años atrás en una tarde de esas, le pido casamiento, pero de palabra, el casorio, el documento y la unión civil nunca nos volvieron locos, es más, teníamos tanto vértigo del compromiso que nunca supimos cuándo empezamos a salir, festejar meses (podríamos haber festejado el primero tres veces) estaba fuera de palabra y una vez hasta le dije que la amaba sólo para que me diga "Callate", mire para otro lado y al devolverme sus ojos se le escape una sonrisa, se ponga roja como un tomate y me dé un beso.

Nunca discutimos sobre nada, ni siquiera las tres veces que terminamos la relación. En ese entonces yo era una persona que podía enamorar a quien sea, era diferente y la gente me interesaba. Creo que volví al recuerdo de ella con amor en esas calles, porque estoy volviendo a ser una persona que amo, y con eso vienen cambios hermosos en mi vida, de los que de seguro ya escribiré por éste medio.
Cuando uno quería que el otro le abrace sólo tenía que mostrarle las manos, abrirlas y cerrarlas y listo, podría decir que si durante una ruptura me hacía eso, volvía con ella de rodillas para no irme, ahora que lo pienso, siendo que no estoy con ella, puedo decir cualquier cosa.

Volví caminando (un trecho largo hasta otra parada de bondi, de Agronomía a Recoleta sigo caminando aún) y me permití pasear, más que nada porque ví una esquina por donde pasamos en un cumpleaños de ella, con lo que sabía que estaba por su casa, pero no recordaba ni el nombre de su calle, así que caminé sin mirar, a ver si el subconsciente hacía lo suyo.

Caminé y me dí cuenta de que un par de locales me sonaron, mas pensé que mucho podía cambiar en seis años, más en un barrio así de pudiente, estaba listo para encontrarme de la nada un Starbucks en el medio de la calle. Después me dí cuenta de que era un pretexto ese pensar, contemplaba la chance de que hayan cambiado la fachada del edificio, sólo para no saber ante cuál quedarme helado.
Me sonó una calle que caminaba, la orientación tenía sentido porque desembocaba en Las Heras, donde estaba el mágico 110 desde donde la he visto más de una vez tocar el timbre parada desde la esquina de lo de mis viejos, cuando la iba a buscar a la parada a la noche.
Recorrí y temí que su morada ya hubiera quedado atrás, pero pronto deduje que no era, pude ver el cartel (dos cuadras sin cartel, qué pasa Recoleta?) que decía "Ayacucho" y dije en voz alta "Claro que no me suena, no es Junín". Junín, ahí estaba el bendito nombre y por ver un bar naranja en una esquina, supe que la paralela calle era la que frecuentaba para visitarla.

Caminé y reconocí el kiosco donde le compraba chocolates (Tofi, siempre unito de tres, sólo para ella y después lo que yo le quiera compartir, no tenía nada mío con ella y eso me encantaba) cuyo obligado rima con su nombre. A veces incluso seguía hasta uno que visité luego, en la otra esquina, cuando no tenían o estaba cerrado.
Pasé por la puerta y nada pareció haber cambiado, me preguntaba si recordaba bien el piso de ella, después de todo tenía en mi memoria que era mi número preferido (desde antes también) y reconocí el edificio frontal de nueve ventanas de tres diseños diferentes que quedaba enfrente, donde espiamos alguna vez a ver qué hacía su vecina.
Casi toco a ver si seguirá viviendo en esos lados, ha pasado un tiempo ya, así que completé la cuadra y volví por enfrente, ya estando más calmo porque si la muchacha caminara por su calle, lo haría de la mano de su casa, siempre lo hace así, porque cruza ni bien tiene chances, no le gusta que la calle le frene.

La puerta de su edificio me hizo acordar de un par de situaciones, ella bajaba a abrirme para recibirme o despedirme, una vez me miró con ojos opacos ahí y me desgarró el alma, esa vez le propuse cortar yo y no aguanté dos días. A veces me despedía con muchísimo amor, otras con calma porque me vería en un par de horas en el trabajo (vieron que sano para trabajar juntos?) y algunas veces yo era tan galán, que me pedía que no me vaya.
Fuí hasta la parada de mi cine ambulante, el recorrido de toda esa relación que me lo da el 110. Allí, en esa misma parada mientras me subía al colectivo, una tarde me quedé corto por 20 centavos para el boleto y una muchacha muy linda completó la paga sonriéndome, le agradecí y me senté, ella se sentó junto a mí y yo (les dije que soy lerdo para darme cuenta) me puse mis auriculares, pensando en que ya extrañaba a mi amor aunque recién salía de verla y fué sólo cuando conté el acto de gentileza que tuvo ésta otra muchacha, que caí en que podría haber tenido una historia de bondi intensa, ahí me dí cuenta de que no era tontera lo que me pasaba.

Llegué a casa y comí con un hambre regulado y no pude parar de repasar la idea de que amaría tomarme tres meses de vacaciones a unos años atrás. Todo ésto hasta que se llenó mi estómago, y como si hubiera visto la repetición, se me dibujó la sonrisa de enamorado.

La entrevista fué un gol y me avisan en una semana =)

martes, 17 de junio de 2014

Siembra




En la vida pocas cosas son certeras, o al menos en pocas he encontrado certeza, cosas que he encontrado, debo cultivar y hacer crecer antes de que se marchiten, toda vida necesita un motor.

Algo certero en mi vida (y en la de aquellas personas que la han tocado de cerca) es que no es vida si no hay amor o magia. No sería la experiencia entera de mi existencia en el pasaje de este plano si no concibiera enteramente la magia, pues las fórmulas y conceptos cuadrados se hicieron para explicar los fenómenos en general, pero algo debe permanecer en misterio.

Me acosté y revisé el por qué me sentía como me sentía y me dí cuenta de que había poco elemento inexplicable rondándome. Así que me decidí a centrar mis esfuerzos y hacer que algo más suceda, que algo más que las rutinas y deberes empapen a mi persona.

Me dí cuenta de que no necesitaba sólo un trabajo ni sencillamente seguridad, sino que éstos debían venir por medios propios, necesitaba buscar más, vivir y por sobre todo, encontrar.

Salté al plano pertinente, en el jardín donde la raíz de lo que crece en la realidad está sembrada.
Es un lugar magnífico realmente, dudo que sea igual para todos pero en lo personal, mi visita fué única. Nada es enteramente pesado allí y hay un árbol inmenso, inacabable y tomaría toda la vida recorrerlo si uno en ese lugar tuviera peso.

Cada salto se vuelve más que entretenido entre cada rama y me doy cuenta de que el árbol está en un lugar prácticamente espacial, veo las galaxias en el fondo, el cosmos, la existencia desde donde se planea y pronostica cómo las galaxias chocarán mientras nosotros sólo planeamos si tomaremos con o sin azúcar.

Cada rama era sumamente explorable y necesitaba saltar e ir entre ellas antes de llegar al jardín en sí. Pues estaba frente a una visión única, pero no toda mi persona pudo pasar a ese plano, con lo que debí ahondarme, salto a salto, para ingresar allí.

Comprendido ésto, hice la diferencia, me perdí en el camino y sólo así llegué a mi destino. Todo el árbol inmenso, inconmensurable, era un vivo cantero, que contenía tierra en un cuenco en la parte más alta de su tronco.
Un cantero inmenso, desde donde surgía un árbol nuevo y ví que ahí habían diferentes plantas de mi siembra inconsciente. Allí no debe uno saber demasiado, y me detuve a hacer lo que había ido a hacer.

Con un dedo hundí un pocillo en la tierra y pensé en un progreso antes de taparlo.
Empezó a crecer, a proyectar lo que sería y allí está, un cambio enorme el cual será. Tuve que elegir su lugar, pues la jardinería de ideas y fortunas no es algo sencillo, menos aún dos sueños luchando por vivir.

Bailando y dándole amor, el proyecto se hacía más, lograba crecer.
Y desperté a un cambio en la realidad, algunas de las olitas que hice en el manto, las ondas en el lago y el silbido que se hizo viento, por aquí comenzaron.

Y se nos regala un nuevo día.

martes, 10 de junio de 2014

Sobre extrañar.



Una vez ví la mayor cantidad de agua y cielo que haya visto en veintiséis años, mientras lo hice puse este tema y no escuché nada más.

Estaba lejos, para lo que "lejos" pueda significar.


El viento habla y escribe, no con palabras ni sobre hojas, pero queda asentado en la piel, en un surco de la mejilla o un ojo que llora por seco.

Pensé que el agua, siendo el elemento de la empatía, me susurraría algo también y creo que tuvo lo que ver con extrañar.

Creo que lo más rudo de extrañar es la persona que alguien era, alguien que no está necesariamente lejos en el aspecto físico, pero que al mismo tiempo no es quien extrañamos, sino el cuerpo donde una vez estuvo.

Le ví en diferentes ojos, pero nunca estuvo ahí por mucho tiempo, creo que se fué para mantenerme corriendo tras de sí.

lunes, 26 de mayo de 2014

A little rain must fall (Extracto del 4to cuaderno azul)




"Desde hace un largo trecho vine tratando de procesar energía estancada en el pasado, lo cual se sentía como dolor emocional serio.
Tengo recuerdos de la necesidad de encerrarme agitado y llorar con un dolor físico en el pecho. No siempre soy demostrativo, pero soy transparente para quienes me saben mirar y es que hay veces que siento algunas emociones que impactan muy fuerte, me siento muy vivo y quiero ahondar para vivir más el momento y siento una explosión por dentro y todo se vuelve un remolino con frío, lágrimas y calor, a veces se vuelve un amanecer o una gota que cae en agua estática y otras, es el primer retoño de primavera.

Volviendo al tema de mi energía estancada, con el impacto emocional, plasmarlo y evacuarlo era vital, pero me encontré imposibilitado, no podía llorar.
No me importaba llorar, nunca me importó pero tanto tiempo y siempre por lo mismo era lo que me frustraba, no había salida, era un laberinto y siempre volvía al principio, yo doliendo.

Como puede uno imagianr, semejante carga toma su pesar siendo que no escapa la emoción que rebalsa.

Es curioso cómo funciona la causalidad, hoy mismo a la mañana tuve la chance de conseguir un trabajo que repelo y el corazón no me permitió tomar un camino que no lo incluya, con lo que rechacé la chance y dí a mi cabeza una caminata y un almuerzo para proyectos personales.

La noche llegó y con ella la cena, la cual me cayó pésimo y esto carecía de sentido, era una tarta naturista que ya habían probado, come on.
Me acosté y pensé en mejorar mi condición apelando a pensamientos y recuerdos cálidos, y allí el tema surgió.

Para que algo me tenga tanto tiempo aquejado no pueden ser sólo cosas malas, de allí se dispararon los recuerdos cálidos de mi cuestión de sopor.
Me permití llevar y creí que podría llorar cuando llegue a las partes dolidas, pero me equivoqué.
La tristeza nunca llegó y el velo de lo agrio se corrió y me mostró dejados recuerdos hermosos de un sol y una luna y una sonrisa genuina que mi cuerpo reconoció y reprodujo.

Las lágrimas eran tibias y dulces, son diferentes los llantos de alegría.

El veneno ya no estaba, es cierto que esa tristeza ya no la puedo llorar, creo que ya no está y como después de toda tormenta, ya todo florece, y solo queda llorar alegría.

Gracias, un montón"

miércoles, 7 de mayo de 2014

Sobre héroes




Los pensamientos que despiertan los sueños son inusuales, por eso no los despiertan los estímulos de la vigilia, al menos no sin haber pasado un momento de alojamiento en el subconsciente.
Soñé con almas cálidas y con retos, con sobreposiciones y conquistas de objetivos y búsquedas de aventura y de vida. Logré quedarme sin herramientas y ser ayudado y provisto de calor pues debes saber qué bien hace el bien que haces para otros para así recordar el bien que aportas.

Supe entonces que los héroes no nacen, se hacen. Se hacen tras soportar lo insoportable, o lo soportable también, pero sin dejar de dar el bien, de poderse más hasta que más no se pueda.

Seguir contra viento y contra marea sólo por la promesa de vida, ir más adelante, no buscando el comfort, sino el desafío pues son los retos lo que sacan lo mejor del humano, ya que uno puede ser deshecho por la comodidad. Siempre pensé que no había por qué perder para entender o sufrir para apreciar, pero es una verdad única:







Existe siempre esa pregunta: "Por qué a mí?" ante una desgracia inesperada, un obstáculo insorteable o una distancia imposible.
En cada camino topado con un risco sin fin nos preguntamos "Si elegí éste camino para seguir, por qué mis opciones son deshacerlo y volver, o morir en el vacío?" Mas cuando el camino nos lleva hacia posibilidades y mejoras, pensamos que es sólo lo apropiado, pues tanto hemos sufrido hasta ahora.

Con una vida sin adversidades, seríamos seres sin victorias, sin conquistas y sin cicatrices, toda nuestra piel sería tersa y sin historias y nuestro mundo se acabaría al primer viento en contra.

Un amor que no pudo ser y un objetivo sin cumplir nos hace saber que el desfortunio puede pasar, que podemos ser vencidos y no hay mejor impulso para la vida que saber que aún no estás listo para terminarla, pues no eres todo lo que puedes ser, si un camino se terminó y no llevó hacia una vida completa, sólo debes trazarlo de nuevo hasta poder dar con otro, pues si no puedes tomar el mismo reto dos veces, entonces nunca lo has vencido realmente.

Es el miedo.

El miedo es la falla previa al intento y lo más difícil viene antes de la acción, la condena previa de elegir seguir en lo mismo y no perdurar para ser más, es la elección de quienes somos de mantenernos en esa persona por miedo a que cese de ser.

Esa persona caducará, no importa lo que hagas, lo que importa es el cómo.
Dejarás que la moldeen los halagos y la alegría que tan naturalmente estamos aptos para que sumen a quienes somos? O te moldearán las piedras en el camino y los cortes en tu piel por el frío y seco viento en tu cara frente a la distancia jamás recorrida?
Contarás cómo una vez te dijeron que eres suficiente, o relatarás tu viaje que comprueba que eres más que antes?

Vivir o esperar?
Adversidad o comodidad?
Nuevo o inmutable?


Cuánto se conserva aquello que no cambia? Qué color toma el agua que no fluye? Qué premio hay para quien se deja llevar por la corriente hacia la cascada?

Qué vida no es vida, sin mil historias que la compongan?

Qué amor es amor, si no compruebas que es más fuerte que el odio y el temor?

"I've got something to say... It's better to burn out, than to fade away"

martes, 6 de mayo de 2014

Resiliencia



No soy consciente de todos mis rasgos y creo que algunos los tengo mal concebidos, mas del cual siempre me supe valer es el de no rendirme, es una situación que me perturba y lo evito, al menos hasta que me doy cuenta de que la alegría dejó de estar en la perseverancia.

Ésta conducta me ha traído dificultades en el campo más minado de mi vida (Ja, minas.. ¿entienden?) que ha resultado ser el amor. Ha sido fácil para mí persistir y no rendirme mientras el amor existió, es sencillo, sólo tenés que admitir que nada te hace sentir más vivo.
El problema y las dificultades vinieron cuando los sentimientos son unilaterales, persistir con tu amor a alguien que no te ama es casi un sinónimo de atacarle, acechar y asediar con cariño a alguien que no quiere recibirlo es agresivo, se quiera o no, ese "Te quiero", esa caricia buscada y esa mirada azul pueden llegar como piedras a un cristal.

Es entonces cuando me confundo muchísimo cuando hay amor desde una sola costa, pues es insano que dos personas tengan un intercambio en esas condiciones, lo que emana el desenamorado con sólo estar respirando, a su enamorado le destruye. Tal como la comida que jamás llega a la boca del hambriento, pero que puede distinguir cada ingrediente con el aroma. Hay una suerte de vidrio entre ambos, que uno desea mantener y otro atravesar, hay un tesoro en el calor de la sangre del enamorante que es el único motivo de vida del enamorado.

Hecho el punto, no pude jamás lograr sinergia ni paz cerca de alguien a quien amo y no me ama. Y si el juego sólo lo gano logrando que me ame, entonces está perdido desde ya y mi persistencia va a lograr lo mismo que una pluma buscando ir contra el viento.

Ya que el enamorado no puede ser amado por el enamorante, se para uno frente a una lección de vida, pues muchas cosas he cambiado y vidas he tocado para bien y para mal con mi persistencia. Es sólo normal que algo que yo no pueda cambiar, deba cambiarme a mí.

Debo entonces cambiar y perder quien soy para poder vivir, pues lo que estoy tomando por amor, no me da amor y no puede dármelo.
"Eres lo que amas, no lo que te ama"

Por eso debo cambiar yo, pues ella no es yo, siendo yo quien le ama. Yo soy Ella, pues la amo, pero sostengo una vida que no perdura, que termina en rendirse en conocer el amor y es eso lo que me invita a morir, pues no quiero una vida sin amor.

Debo morir pues, porque lo que amo no es vida, si no es vida es muerte y cuando ame a cuanto vida me dé, entonces viviré. Por eso cuando ame algo distinto me convertiré en ello.

Y con suerte me amará también.

domingo, 4 de mayo de 2014

Habla onírica

"Soñé con un grupo de gente, yo me acercaba a alguien y teníamos sonrisas. En un momento yo iba tras la persona que era mi pareja y siempre le ví de espaldas y sentí que algo iba a suceder.
Quise saber cómo se veía y traté de alcanzarle, pero no lo logré y ella llegaba primero a nuestra casa, no llegué a ver su cara y subió, luego el sueño terminó.

Una vez despierto me dí cuenta de que podría haberle llamado, pero me mantuve callado. Creo que fué por lo similar que era a alguien con quien las cosas no salen bien.

Si ahí, en el sueño todo era distinto, no tiene uso.

And that's that."

Logré escribir eso mientras mantuve fresco lo que pasó en mi mente, no entiendo muy bien qué provoca en mí un sueño así, no recuerdo tampoco el sueño y seguro el trabajo de recordar encierra más respuestas que el sueño en sí.

Es casi descubrir que aún había más trabajo por hacer, que una apuesta del pasado me quebró y aún estoy rehaciéndome de allí.

Se siente como si ya hubiera salido de peligro de reincidir, pero aún queda trabajo por hacer.
Es que siento que no podría hacer más, que no puedo hacer más. Casi se siente un camino agotado y debo volverlo entero antes de tomar otro. Y se acelera mi corazón por reflejo de una reacción que ya no sucede y pienso que es sólo para estar seguro, pero puede matar mis domingos.

No me siento apto para algunas experiencias, siento que mi aprendizaje es tosco. Siento que mi corazón es fuerte, mas le ha tocado un duro desafío, de cuando tenía fortunas en amor y todo lo aposté, porque una jaula de oro no da más libertad.

Así que debo reponer mi fortuna, mi amor.

O morir de a poco hasta que ya no viva.

domingo, 6 de abril de 2014

Cuando no pude dormir bien.



Un tiempo atrás no conciliaba el sueño, no entendía bien por qué, pero sencillamente no pasaba, agotaba mi cuerpo, pero mi mente usaba lo mínimo que tuviese en disposición para seguir despierta y aún así hacerme saber que mi apetito no estaba saciado (mejor dicho, que SU apetito no estaba saciado).

Me permití indagar en el conocimiento al que apunta mucha gente, un reto intelectual para calmar también mi mente y si bien nunca fuí una persona enteramente inteligente, sentí que importaba bastantes datos hacia mi cerebro.

Aún era un testigo de las noches y de cómo sucedían. Nada podía darle peso a mis párpados y allí sucedió lo peor.

Todo el sueño que buscaba volvió intensamente, al punto donde sólo podía dejar a mi persona descuidada y dormir en el lecho que fuese, sencillamente escapar a lo que sucedía con cada amanecer.


Fué tras dormir hasta el cansancio que el sol me suspiró al oído que saldría cada día, aún con lluvia o nieve y nunca podría detenerlo, siempre me regalaría un día nuevo.

Allí supe que ni mi cuerpo ni mi mente debían estar satisfechos, sino mi corazón.

En mi pecho estaba el verdadero líder a cansar cada día, un día sin sentir era un día dormido, que por necesidad del cuerpo, debía dormirlo, pero nunca vivirlo.

Amé darme cuenta del desperdicio de sol que hice en ese momento, pues sería aquello que no debía permitirme jamás.

La aventura espera en cada rayo de sol y no debe pasársenos, hoy quiero vivir y sentir, pero más que nada, necesito llegar a otro, pueso ya soy una hermosa compañía para mí, pero no creceré sin estímulo.

Hoy suelto mis paredes, o empiezo a derribarlas, para recordar que sólo la aventura satisface a éste corazón.

Que sólo viviendo puede uno merecer el descanso.

miércoles, 26 de marzo de 2014

Segunda entrada al 4to cuaderno azul












Creo que la conducta de la naturaleza se replica en sus integrantes.

Uno a veces necesita migrar de donde es su hogar, pues quizá haya vivido allí toda su vida, pero al invierno le tomó todo ese tiempo en llegar.

A veces uno es como el mar, lleno de rocas en el fondo, pero suave y en constante pulso, un latido acerca a la tierra para que le beses, luego recuerdas que lo que en vos vive, no sobrevive en la tierra, con lo que tu próximo latido te aleja de ella, hasta que lata de nuevo tu corazón y no puedas detenerlo.

He visto en gente la sensación de lo divino que la magnificencia de las montañas transmiten y que logren que les mire enteras, sin saciarme de belleza y lagrimeando de no parpadear, por miedo a que el momento pase.

Nunca pude enamorarme de alguien que desee demasiado en su vida, siempre fueron el fuego y el agua, el aire y la tierra en la otra persona lo que puso un hechizo en mí.

Cómo no enamorarse de alguien que sabe lo que tiene? Hay fantasmas y reflejos que nos dicen que abrirse está mal y que algo debe asegurar nuestro futuro.

Abrirse puede no ser elegido, pero nunca creí que estuviera mal ofrecer ese tesoro.
Y un futuro? Aún nada obtuve de alejarme del presente, de hecho en lo mejor que viví, sólo nos compartíamos con alguna amistad, o algún amor, sin dinero ni planes, sólo una vista preciosa, una mirada sincera, o quizá sólo cuatro paredes y el contenido de nuestro pecho y la esencia del alma.

Mañana (hoy, mejor dicho) debo recorrer una buena distancia porque mi corazón me lo pide.

Es hermoso poder escribir ésto y sentirlo de verdad. Hay aire y agua y tierra, a veces caemos en la trampa y requerimos aún más, pensamos que podríamos llenarnos de lo que nos sobra para no mirar lo que realmente falta.

Nuestro corazón es libre, pero es nuestro el coraje a usar para seguirlo.

Hacía mucho no escribía así.  =)

martes, 25 de marzo de 2014

Primer escrito del 4to cuaderno azul

"Es sólo normal que me enamores, pues cruzarte y mezclarnos me ha cambiado.
Es lo más común que quiera que rías, después de ver tus ojos empapados.

Debo recordarte que el sol sale cada día, si llego a verte triste en un ocaso.
Hacerte saber que puedo recordarte sobre alegría, sólo porque tú primero me la has dado.

Aprendí a tenerme menos lástima y pensar menos en lo malo que me ha pasado.
Y si necesito recordar que hay algo bueno, eres el ejemplo más claro.

Es rudo el viento frío y el agua que cae, punza diestra.
Pero si a la tormenta has sobrevivido, es tuyo el paisaje para ue florezca."

sábado, 8 de marzo de 2014

Finders Keepers



Creo que me perdí en algún momento, pero no sabría exactamente cuándo fué.

Durante ya unos años creí que el mundo me debía algo por todas mis pérdidas, por todo mi sufrimiento que yo creo no me merecí.

Sigo creyendo que no merecía ese sufrimiento, pero en lo que dejé de creer es en el verbo "merecer" para referirse a algo malo, verán, hace un tiempo (de hecho fueron éstos años que creí el mundo estaba en deuda para conmigo) tampoco creía en que alguien mereciera algo malo.

Merecemos lo bueno que nos sucede, y lo malo son situaciones, no son castigos ni son maldiciones, lejos están de ser mandatos divinos o planes maquiavélicos de alguien para asegurarse de que estemos menos contentos. Son situaciones, algunas las queremos en nuestros días y algunas otras no, pero allí están. Las que no queremos en nuestro día, las solucionamos y las que queremos, las aprovechamos.

Durante años creí que todo mi esfuerzo de búsqueda a por el amor verdadero había terminado y que ahí estaba, en mis brazos, de hecho ahora sé que lo tuve, fuí bendito con el amor y fué mío y tangible un hermoso tiempo, y después se fué.

Cuando se fué pensé que eso no lo merecía y es cierto, nadie merece que se le arranque de las manos el amor, especialmente si has sido alguien "malvado". Lo primero que se necesita es saber qué es lo que se destruye con semejantes acciones, creo yo, es la única forma de saber qué es lo que pasa cuando decidís afectar para mal a alguien, lo mucho que contribuís a privar a alguien de algo bueno.

En síntesis, durante los años siguientes a ese único suceso en la historia de mi vida, pensé que algo se había perdido, bah, no sólo lo pensé, es un hecho. Y pensé en mí, en cómo yo no tengo lo que más amé y cómo yo lo perdí y sobre cómo yo lo tenía y cómo yo ya no lo tengo más.

Y todo ese tiempo de mirarme el ombligo contribuyó sólo a que vea lo mal que estaba y que piense todo lo que no se me estaba dando. Y así olvidé cómo es uno enamorado, no me enamoré más y me volví en parte, alguien que no me quería volver, por eso encontraba infelicidades que nadie más que mi persona encontró y sufrió.

El amor desde afuera, ese amor se fué. Y no estaba planeado y no fué un plan horrible, es una situación, eso ya no estaba más, como tampoco lo estaba el día anterior a que llegue, pero en ese entonces yo entendía sobre el bien y el mal, está el bien y el mal es el resto, lugar donde el bien no se ejercita, pero no es un horrible mal de tristeza, no al menos si tratás de hacerlo algo diferente.

Siento un velo retirado de mis ojos, donde no importa la mirada del resto, pero sí su bienestar. En este tiempo pensé al revés, que importaba la mirada del resto para mi bienestar, pero el amor no es eso, el amor está ahí, y convertirme en alguien que decide no creer en él, no me va a devolver el amor que tanto ansié y en su momento supe tener.

Creo que volví a cambiar para bien tras explorar un lado escéptico en mí, como comprobar que dios no existe tras volverse un creyente y no obtener resultados, entiendo ahora que no existe el mal tras sumergirme en la creencia de que estaba condenado a él.

Creo que tuve una pérdida inmensa y si bien eso me alejó del sentimiento de amor, no me perdió.

Hoy me encontré algo de nuevo, y así creo que deberíamos ver la vida:

"Es un lugar a donde venimos a encontrarnos cosas, no a perderlas"

Y puedo llorar de alegría.

lunes, 10 de febrero de 2014

Sobre pesares.



Tras una gran transformación se fué el veneno. El tiempo dejó de estirarse y el cielo lloró conmigo, me gustaría pensar que es la última lágrima, uno suele pensar eso, pero parte de lo más hermoso es no saber.

Nuestras acciones y decisiones pueden impactar muy fuerte en otros y otras veces es muy difícil aceptar que sencillamente algo que deseás no puede pasar, puede llevarte al enojo, al malestar, al desentendimiento. Incluso a mí me ha descentrado en más de una ocasión, de hecho, he pasado años fuera de mi centro.

Pasaron cosas feas, no diré que no. Pero más importante que todo eso, ese sentir de que se me debía justicia, ese pesar que no se compensaba, el enojo con quien ha dado de los mejores recuerdos de mi vida... todo eso pudo menos.

Las sonrisas pesaron más y eso es en parte difícil, pero es lo sano.

Verán, es muy fácil decidir que algo no debe pasar o que uno no puede inmiscuirse con alguien más porque esa persona es culpable de algo malo y un ave de mal agüero. Pero no es jamás esa una verdad última.

Ahora es todo un tema, pues entre los dos lobos que luchan en mi corazón (el amor y el odio) he decidido alimentar al amor, con lo que al hacer eso debés afrontar todo el amor que tenés y no siempre es fácil, a veces es demasiado sentir y no sabés dónde ponerlo y te ahoga, sé que a mí me socava el pecho pero no hay más que amor ahí, las fundaciones del enojo no han prevalecido y ahora hay un espacio que sucumbe.


Es lo hermoso ahora, el poder acceder a esos recuerdos llenos de amor sin la mancha del enojo.


Siempre me van a quedar gracias y un par de besos que darte, y eso está bien n.n

martes, 4 de febrero de 2014

Ritmo.




"Humans live by their heart’s beat; the beat is a systematic repetition. In other words, rhythm. Ideed, whatever you're doing rhythm is the most important. When walking, when eating, when fighting, when making love, when talking… rhythm is essential."

Las cosas que no podés cambiar en la vida tienen una significancia exhuberante, y en éste caso me doy cuenta que debo plasmar.

Plasmar lo feo vivido, lo que no puedo cambiar. Siento lamento constante por no tener lo que busco y lo que tiene es que busco algo que no se cómo se ve y por eso apelo al cómo se veía la última vez que lo encontré.

Enfocarse y moverse hace una rueda en la vida, un giro del momento y un respiro para el alma. Sé que no funciona aquel mural infranqueable, pero mi destino no tiene por qué estar del otro lado, quizá ese camino sólo me perdería, quizá ese muro es parte de mi camino, uno que no pudo tomar lugar puede ser igual o mejor que un cartel que indique hacia dónde sigue tu vida.

La sensación de cariño es lo más reincidible de la vida y no hay tiempo para lamentarse, realmente lo digo, es decir; después de haber pasado un largo tiempo en estanque y esperando a que las cosas cambien, uno puede seguir haciendo lo mismo o aprender una lección y ésta vida es un lugar donde vinimos a encontrar cosas, no a perderlas.
Uno esperando pierde tiempo, pero aprendiendo gana una lección, cuál va a ser tu parte del trato?

Encuentro que sólo puedo hacer las cosas que amo, para cultivarme y hacer que la persona en la que me voy a convertir crezca y pueda funcionar acorde, así como ha pasado antes, he tenido que centrarme para que éstas cosas fluyan. El mañana es incierto y cambiable, el ahora es la vida, pero el pasado es lo que no podés tocar.

Se acabó una vida pasada y es lo bueno, hoy dí un paso a una vida nueva y me llena de intrigas, sé que soy más fuerte, sé que lo voy a ser y estoy casi ansioso de estar aprendido.

Y ahora ya no llueve.

martes, 28 de enero de 2014

Sobre arrepentimientos.




No termino de entender por qué desde el pecho de uno pulsan ciertas cosas o personas que uno sencillamente no puede tener ahora. Incluso sucede que uno quizá podría hacer un intento por comunicarse y hasta lograrlo, pero saber y comprobarlo en otras ocasiones, que no llevará a buen puerto.

En momentos de debilidad, cuando uno se encuentra solo y gris, buscando una luz, suele recurrir a la luz que conoció y supo encontrar en el pasado. No entiendo ésta conducta, pero está ahí, así que entenderla no tiene mucho propósito, tiene mucho que ver, creo yo, con vivirla.

De a momentos (como si uno pudiera hacer algo al respecto) dan ganas de hacer cambios en la historia para que el presente sea diferente, hay veces donde por más daño que hayas recibido del otro lado, sólo querés sentarte a vivir un momento de nuevo.

Siempre dije que dudo morir con remordimientos, pero creo que ahora entiendo un poco más sobre éstas situaciones y creo que no tengo chance de evadir al deseo de cambiar ciertas cosas, al menos si el lecho de mi muerte tomase lugar hoy.

Cosas que quisiera cambiar, creo que sólo es una y lo curioso es que no cambiaría ninguna de mis reacciones en momentos malos e hirientes, sino todo lo contrario.

No "cambiaría" nada de por sí en los momentos de alegría, en esas manchas de sol que hay en mi vida, pero sí diría más "Te quiero" y el doble de "Te amo".

En momentos así siento que no lo dije lo suficiente, es decir; uno le hace saber al otro de éstos sentimientos tan puros y los ha recibido del otro, entonces casi logro pensar que no se lo hice entender.

Es que no hay muchas formas de reformular el "Te amo".

Voy a morir hecho un hombre lleno de arrepentimientos, voy a morir con una sonrisa de tenerlos, de saber que por mucho que intente, jamás voy a poder explicar esa sensación, con suerte a veces la recuerdo y eso me pasó, yo una vez fuí infinitamente feliz, por unas horas que nunca terminaban y me arrepiento de no haber gritado más de alegría siendo que no podía terminarse.

Morir feliz, porque viví. <3 br="">

miércoles, 15 de enero de 2014

A algunos les gusta el frío.




Nunca fué mi preferido, pero siempre necesité algo del frío. A algunos les gusta.

El frío no tiene el don de reconfortarte, de darte una sensación vital externa, pero puede evocar la interna.

La pulsión que se siente ante la hostilidad del frío es intensa, es hermosa. La necesidad de seguir siendo y no ceder ante la negociación de la temperatura del exterior y la interna.
Es similar al estímulo del aura cuando de cariño se trata, el frío que provoca el otro, la distancia que se marca y el escalofrío lo quita a uno del comfort del hogar, donde está el corazón, y lo fuerza a valerse por sí.

Recuerdo escalar en piedras heladas y no sentir mis manos ni mis brazos, el frío se llevaba poco a poco mi vida, pero seguí adelante, porque para ese lado estaba el resto de mi vida.

Algunas personas pueden ser riscos sin refugio, pero eso es lo que hacemos ante el frío, seguimos.
No podés asegurarte de que mañana será un día de calor, de hecho lo mejor sería que la mayoría fuesen días hermosos y veraniegos o primaverales.

Pero hay que aprovechar un día frío. No siempre está la chance externa de forjarse y poder más y más, conquistar ese risco, saber que toda esa falta de calor puede ser sobrevivida, y volver a la candela del hogar, el bienestar propio y así contagiar calor a otros.

Un verano en el corazón.