lunes, 20 de abril de 2015

Mis noches de Ella.




Las noches con Ella eran distintas. Era cada noche una aventura y una apuesta infinita y un salto al vacío.
A veces me preguntaba si me querría menos que la última vez, sólo para descubrir que me logró querer el doble. Se permitió quererme y con todo el calor de amor que surgía de mí, casi que no tuvo otra chance más que dejarme quererle.

Algunas noches Ella no estaba tan cerca como para tocarla, pero igual me la pasaba con Ella un rato. Rodeaba el departamento para desenchufar el teléfono de mis padres y luego le llamaba y hablábamos, sólo hablábamos.
No podría decir bien de qué, ni siquiera contaría ese verbo como "hablar", creo que más bien nos compartíamos por el mejor medio que teníamos, cada uno en su cuarto deseando estar en el del otro.

Otras noches seguían siendo de Ella, sólo que en otros medios. Jugábamos a algo desde nuestros cuartos, deseando también estar jugando juntos, al menos por mi parte. Buscaba darle un beso cada vez que hiciera una jugada excelente, funcionamos hermoso como equipo y siempre pensé que nos veíamos geniales, cada uno excelente en su rubro.

Uno de mis mejores recuerdos es ensayar un saludo, ella hacía una pirueta y terminaba a upa mío y nos besaríamos. Otras veces le decía "Es hora de su beso" y la alzaba sólo con mis brazos ahí donde estaba para dejarla a mi altura y cumplir el horario.

Muchas veces eran noches, pero siempre se sentía como si el sol entrara por la ventana, como si el tiempo se hubiera detenido. Nunca sentí tanta pertenencia a otro, nunca tuve un mayor sentimiento de estar en el mejor lugar que hay para mí y ni pensar en otro.

La vez que gané mucho de su cariño fué la noche en que le cociné torta y había guardado un poco para la mañana. Pero eso ya no es noche de Ella.

Las primeras noches sin Ella fueron raras, no estaba en mi casa tampoco, por suerte me encontraron viajando, con paisajes consolando mis heridas y caminatas que me mostraron un nuevo límite, pues era dejar que el dolor nos comiera o usar el dolor para impulso.

En el tiempo que estuvimos juntos nunca logré que me llame durante una semana que estuvimos separados por distancia, pero en mi tiempo de viaje, las primeras noches sin Ella, me llamó una vez.

La ciudad sin Ella fué la tortura. La naturaleza no podía sanarme desde tan lejos y tuve que hacer mi trabajo aquí. Cambié el esquema de mi vida y con todo nuevo, mis noches seguían siendo de Ella. Y las de Ella de alguien más.

El sueño no llegaba y a veces la tele y la cerveza no eran suficiente. Los vacíos que quedan habiéndose ido aquello que tanto llenaba pueden encontrarnos bajándonos a cero sin importar cuánto hayamos escalado.
Hizo frío todo ese tiempo en mi recuerdo, había días de calor pero algo de rareza en el aire y una completa falta de futuro. Sabía que llegaría un día mañana donde tendría que lidiar con los mismos demonios que en el día presente, pero no pensaba más adelante en la semana.

Una noche así casi muero, sin bromear. Fué la sensación más fuerte causada desde mi interior, el pecho estaba listo para desmoronarse hacia adentro, como si me hubiera ahuecado y la presión de afuera hiciera su efecto. Sólo podía sentarme y llorar hasta dejar de sentir ese gusto tan salado, a veces creo que me dolió tanto y por tanto tiempo por haberme tragado las lágrimas que terminaron en mi boca y así dejando entrar el dolor de nuevo.

Empecé a sentir que mejoraba cuando llegaron los días sin Ella. Esos días estaban algo nublados y siempre eran tardes de otoño con un fresco que no perdona y que no se puede bloquear sin taparse las orejas.
Encontraba momentos de recuerdo constantemente, fué la época donde pude revivir los recuerdos sintiendo algo más que dolor, sentía también tristeza pero en forma tal que podía analizar lo sucedido, no había muchas lecciones al principio, pero creo que seguía siendo por las emociones que no dejan procesar.


Que se fueran las nubes fué lo menos esperado en mi vida. Los días ya no eran sin Ella, algunas noches con algún recuerdo se ha sabido procurar, pero no le ha pertenecido a ella el momento, sino a mí.

Como si fuera un arte de magia, como cuando te cansás de jugar y jugar un juego, cuando necesitás otras acciones porque hiciste las mismas un largo tiempo. Así me sentí cuando vino la alegría, los colores y el calor. Mis días eran míos y ya su recuerdo era mío también, yo era mío y mi dolor mío también.

Vino el amor para reemplazar al enojo y la sonrisa para empezar a comunicarme con otras emociones.

Las noches bien dormidas me dejaron soñar con lo que pasaría después de mañana y volví a tener semanas completas que se hicieron meses en los que ya había estado contento todo ese tiempo, con días buenos y otros que podrían haber sido mejores, pero mi pecho se llenaba más y más. Con el viento y la brisa, con las chances y mis construcciones, enamorándose de la persona en la que me convierto y pudiendo soñar, de noche y de día, con la persona a la que le daré la persona que soy yo.

Me entregué a todos los días y empecé a dar de mí, pues estaba orgulloso de quién estaba siendo. Creo que es el primer motivo por el cual uno estando en un mal estado se aísla (Al menos yo) y es que no estoy orgulloso de quien soy cuando estoy atrapado en emociones bajas.

Ya llevo meses de alegría y de amor y nunca en todo este tiempo ví mayor progreso en mi persona.

A veces pienso que es porque tengo que ganar y poquitos meses de relación no me bastaron con Ella y siendo así, yo llevé la relación (solo) a durar años, pues meses de Ella no representaban ni bastaban para quemar todo el amor que se generó en horas nada más.


Sabiendo ahora que tanto amor se puede generar en tan poco tiempo, acepto el desafío de provocar aún más, de un fuego único, del milagro más hermoso que tiene el poder de todo lo que pulsa.

De sanar.

lunes, 13 de abril de 2015

Sobre vuelos




En la ciudad se ha perdido a Dios.

Ha sido descripta algunas veces como una "jungla de cemento" mas una jungla es un lugar armónico con lugar para tus pensamientos, por eso cuando lo llego a pensar, no entiendo por qué le llaman así.
Habemos monos en esta jungla, los monos más antiespecie que le han sucedido a la existencia. Monos que piensan que por ahorrarse un esfuerzo mejoran su vida, que por tomar el lugar de otro ya han subido una escala en la cadena evolutiva, que por tener más cosas contables que otro, ha logrado más.

En la ciudad se renunciaron a los lugares espirituales y se irguieron ídolos para que la gente pida y culpe a paredes sin oídos, para que intenten medios que no ofrecen respuesta a sus problemas y luego se justifiquen pensando que algo han hecho mal, y para ser sincero han estado mal en subirse al reloj de la ciudad.

En el desfile gris que da este terreno, se renunció al pasto que conforta el pisar descalzo con temperatura y suavidad, para acceder a un material ya descuidado y sucio que conserva tanta porquería como cae encima sólo para que los zapatos hagan ruido y se puedan usar tacos. Aquí el calor del sol no se aprovecha ni nutre a algo sino que calienta las baldosas y rebotan sus rayos para que la temperatura se vuelva nociva y el aire se vicie.

Todo esto se hace para moverse más rápido a atender temas de papeles que nos dicen que son importantes y muchos lo hacemos pensando que así tendremos nuestro merecido tiempo libre para vivir.

Vivir? Uno puede estar vivo en la rutina y muerto cuando busca recrearse. Vivir no sucede porque nos levantamos a la mañana, la vida sucede cuando despertamos a la misma.

Y empezando a despertar sentimos emociones, que son todas buenas, pero a veces no es bueno quedarse en un circuito de las mismas, especialmente no de las negativas.

En eso andaba yo hace un tiempo y tuve muchas ganas de salir de ello. Tuve ganas de crear algo hermoso entonces.



"Te conozco cuando actúas y te pierdo en tus promesas, te disfruto en tu presencia y te evito cuando no estás. Vivo muerto de envidia hacia tu piel, que te abraza todo el tiempo, mas tu piel es lo que más me hechiza cuando la logro tocar, y tus labios, tu boca y tus ojos.

Esos rasgos tuyos, preciosos y únicos, tesoro sólo identificable para quién mire con más que los ojos, cortan con tanta acidez de este lugar donde tanto se ha olvidado.

Cruzarte por las noches me es una aventura. Corro al colectivo y siento que voy a llevar a cabo un accionar de película, que me voy a bajar, voy a resolver un crimen y dar con el principio de otro, siento que va a haber justicia y plenitud sólo por salir a vos.

Cuando te espero en el bar (como todo buen héroe) siento que me debo preparar para que no vengas, al menos mentalmente, porque podría pasar y no se me debe reflejar a un nivel muy personal.

Estás llena de hechizos y sé que alguno me afecta de antemano, sea tu boca, tu sonrisa, tu pelo, tu cintura o tus piernas. Pienso en cómo me siento cuando compartís tu energía y veo que en ese tiempo soy rico, porque hay algo único en el mundo y está ahora conmigo.

Yo no soy tuyo ni vos mía, pero el tiempo es nuestro y no sé sobre tu sentir, pero sé a cuánto me atrevo cuando vamos de la mano.

Cuando te abrazo siento tu motorcito, ese corazón que a veces se acelera. A veces, cuando siento que se acelera cuando se enriedan nuestros brazos, es como si me dieras permiso a amarte un poquito y yo me siento atrevido, como para hacerlo sin culpa.

Desde que esto empieza hasta que termina me doy cuenta de que no respiré y ahí hacés lo que no me puedo explicar, pero vaya que he sabido ser testigo.
Cuando recuerdo respirar lo hago muy profundo y siento tu esencia, tu aroma y eso ya no me deja sólo imaginar que te amo. Cada vez que lo sentí, la sensación pasó también (Con un día más o un día menos) no es definitiva, pero cuando huelo y estás entre mis brazos, te respiro y te metés bajo mi piel.

Es cuando te estoy amando y entrás en mí que me doy cuenta de qué pasa dentro mío, es ahí donde recuerda lo bueno en mí despertarse, como si del olor de la comida se tratara para alguien hambriento.

Después te beso para devolverte un poquito con algo mío, te beso porque sé que ahí está el próximo pedacito de vida que voy a sentir, te beso porque estira un segundo más mi sentir.

A veces te beso más, porque cuando aleje un poco la cara, voy a darme cuenta de que dejé de flotar y no voy a saber cómo lo hiciste, pero después de haberlo detenido, hiciste que el tiempo vuelva a correr.

Toda esta magia la provocás cuando estás. A veces, sé que te gusta hacerme un regalito, y pasás por mi cabeza aún cuando no estás. Sólo para regalarme un momento en el aire, un respiro de libertad. Sé que lo hacés para alegrarme el día, sé que pasás para que hoy, al menos hoy, haya sentido amor"

martes, 7 de abril de 2015

Entrada del 4to cuaderno azul










"He indagado en emociones porque el frescor ha llegado hoy.
La mañana ya no me despierta deseando saltar a una pileta, sino que es difícil abandonar las mantas. Pero la sorpresa no puede detenerse.
Hablaré de un dolor una vez más, pues hoy coseché algo hermoso.

Charlando me dí cuenta de un sentimiento que debo entender y procesar, pues deja en mí euforia y confusión emocional y esto agota energías.

El dolor está muy bien, pero nunca viene solo. Es como si viéramos una hermosa bandada de pájaros e inmediatamente pensáramos que todos nos van a cagar encima.

El dolor y la tristeza traen una oportunidad hermosa y los detonan los sentimientos más nobles.

Hoy salí de mi centro por ponerme a prueba y el frío vino en un momento, intenté sentir el enamoramiento hablando con alguien que me enamora, pude acercarme a la sensación de amar, la cual me fascina. Con ella vino el dolor.

Me enojé conmigo un rato: "En serio, Patricio? Años de trabajo para volver a esto?"

Traté un largo tiempo de asimilarlo, un pensamiento que me ayudó es el de clasificarlo como un cariño estancado y ya.

Esta vez entendí de forma más completa. No puede haber sólo dolor. La quiero, genuínamente somos dos partes de un hechizo cuando nos juntamos.
Mucho de mi enojo fué a que ella sufra por alguien que realmente no sabe lo que tiene. Parte del dolor era no tenerla y luego recordé que ya no la necesito. La quiero, me habla y mi día es mejor, pero no la necesito.

Lo que me duele es que a ella le duela, porque surge de la emoción más sincera, el amor. De ella para él, y de mí para ella.

Luego me llené de alegría.

Se acabó el duelo erróneo de que ella no esté. Me puse a prueba y se fué.

Aprendí, y de forma poética, ella está sufriendo por él algo simil a lo que yo por ella.

Ví mi progreso sucediendo, ví mi amanecer después de tan larga noche.

Y el frío, el atardecer y el viento me contaron que a ella le llegará también."

A veces pienso que lo único más nuestro que lo que genera el corazón, es la rudeza que resiste de un mundo tan brusco. El dolor y la fatiga son nuestros para incorporarlos y que nos formen. Si otro se hubiera caído por nosotros, no sabríamos caminar.