martes, 25 de junio de 2013

Countdown



Me quedan seis días para completar algo que me he jurado.

Seis días, y quiero eliminar pendientes previo a ello, así que debo permitirme una dedicación mayor a mis intereses, no sé bien por qué, pero a veces la impresión de que mi mente está rota llega a mí.

Siendo que las mentes son diferentes, no importa si es por estar rota, o por surgir así, pero el resultado es el mismo: Es diferente.

Hoy tengo una necesidad fuerte de escapar, porque busqué entre sueños un motivo para despertar. Es casi paradógico, pero prefiero pensarlo como algo lógico en realidad, verán, estaba despierto para pensar y no encontraba motivos para mantenerme despierto, y si no hay motivos en la vigilia, quizá los haya en onirolandia.


Seis días, y habrá un cambio.

Extracto del 3er cuaderno azul




"No hay muchas formas de entender la situación de una relación, es decir, uno se uede sentir amado, querido, cuidado y eso es perfecto, significa que uno está siendo nutrido por el otro.
No sé si será comprobable, o si será siquiera la verdad, pero sí es tu realidad y si sucede que también es la de otro, entonces la magia toma lugar.

Es como si cada uno supiera una coreografía diferente, pero ambas encajen hermosamente.
No es prudente explicar mucho lo bueno que nos pasa, creo que es más importante vivirlo.

En lo que a relaciones respecta, no les toca lo bueno, lo bueno nos pasa a nosotros, son las mentiras y las medias verdades lo que denotan cómo está la relación. Ésta es el vínculo, como un cable, hace contacto o no, está la vía o no está, y luego es cosa nuestra iluminarnos.

Pero es lo falso lo que te da una pauta de que la relación está afectada.

Queriéndose con el otro, la relación no debe dañarse, o lo que generes en el otro no será genuino.

En un pasado salí con alguien y no llego a querer sin entender. Ella pensaba que podía mentirme.
Nunca le dije que sabía la verdad, no creo que me tocara a mí darle lecciones, ella tendrá sus motivos y su moral.

Creo que la mayor mentira fué hacia ella misma, pensando que nuestra química llegaba hasta las sábanas, que no sabía cómo le cambiaba de ritmo el corazón, cómo le cambiaba la expresión, la energía, cómo se notaba su esfuerzo (Creo que eso era lo más doloroso, que pensaba que la veía como el resto). Claro que se mentía a sí mucho más que a mí, ella sabe (al menos en parte) cómo amo, y amando como yo amo, no hay nada a lo que mire con más devoción, ninguna cara que repase más que la de quien me da motivo para dejar de soñar con ella y despertar cada día.

Me mintió (se mintió) en mi cara sobre otra persona.

Sé que no amaba a esa persona (Ella a Él) así que si me lo contaba, yo podía entender que deseó a alguien, y lo haya tenido o no, no le amí, sino que me amaba a mí, y la relación estaría, yo tendría que reponerme, pero soy bueno en eso, después de todo, el amor estaría.

Pero ah, las mentiras, creo que es lo único que afecta la relación directamente.

Su subterfugio entonces me dió la certeza de que ya no me amaba, y no fué refutable. El deseo por alguien más sólo era una situación, pero la mentira es lo que corta el cable.
Ese día mi amor dejó de renovarse, de  crecer, y como un fuego no alimentado, dejó de estar, y si enteramente no se apagó y quizá un viento de melancolía encienda una brasa, el combistible seguirá ardiendo, y siendo que se rompió lo que lo alimentaba, no arderá jamás.

Una mentira da tanta certeza como una verdad dicha por un mentiroso, por eso no sé lidiar con ellas, por eso el amor se extinguió, porque buscando evitar informármelo, me probaron que ese amor ya no estaba.

No hay tristeza en mis palabras, es más, no pensaba hacerlo público, pero me expliqué, y es un valor grande cuando alguien hace eso, y olvido a veces que pienso mucho y expreso poco, así que con suerte, entretuve.

=)

martes, 11 de junio de 2013

No sé bien por qué empecé a escribir, pero hay algo que hay que sacar a veces.
Me prometí durante dos meses ser feliz, y no me levanté feliz hoy, así que es perfecto desahogar, o por lo menos adecuado, porque una promesa, es una promesa.

En un principio tenía ganas de sacarme lo malo escribiéndolo, logrando un post mediocre más que sólo iba a tener material para letra de Adele.

Me dieron ganas de escribir sobre fracasos, pero no de una forma pesimista, es casi un chiste la condición humana. Es decir, pensamos que podemos hacernos de la felicidad ajena como si fuera algo material que se puede hurtar.

Encuentro muchos pensamientos ridículos que cruzan la cabeza de uno, y no entiendo por qué están ahí. Uno piensa en alguien del pasado, donde las cosas no funcionaron porque el otro es diferente en puntos clave.

Uno, en sus momentos de rencor piensa que eventualmente el otro va a vivir lo que uno (Siendo que uno se sienta vulnerado) y va a entender, pero no.

No, porque es diferente (a veces en esos puntos claves) y vive las cosas distinto, y eso implica que no como vos.

Es una realidad mucho más fría, pero certera, el otro ya no es parte de tu vida por un motivo, y esas palabras no son para menospreciar:

Ya no es parte de tu vida.

domingo, 9 de junio de 2013

Sobre nieblas





Siempre, estando fuera del conflicto, la gente puede decirte qué es lo que tenés que hacer.
Ellos ven que dos mas dos es cuatro, y no están haciendo nada malo, sencillamente están comentándote cuál es la realidad desde afuera.

Desde mi persona, para afuera, sólo hay niebla. No pasa mucho y los días son confusos, no sé bien qué momento se presta a mi sentir ni por dónde salir de esa visión difusa.

Creo que viene de una mirada al pasado, tiempo que ya no está ahí.

Me siento herido de gravedad hace tiempo, y limitado, con público, pero poca gente que le quiera a uno, es un sentimiento que no le deseo a nadie, porque nunca me sentí más solo.

Las calles, cada día y cada noche me dan lo mismo, chances de caminar o andar más, o llegar a mi destino o llegar a casa, pero siempre son pasos y sus ecos, y nadie que se preocupe por escucharlos.

Estática de radio y fríos comentarios sobre lo que la gente debiera pensar es todo lo que uno recibe, aún teniendo tanto hambre de una emoción genuina que te encuentre en algún momento, en alguna esquina, en algún bar, en algún asiento.

Ya casi pareciera no haber un norte entre los bichos de ciudad, mas que nada hay luces de permisión, que te dicen que avances o te detengas.

Siento que tenía un motor de amor, y se estrelló contra un paredón por malentender ciertas reglas y luces.

Luces de una ciudad, luces que te cegan y te dicen que podés andar y que seguís andando.

Nunca me sentí más desorientado que hoy, cuando no supe si había otro lugar donde buscar el amor, habiendo fallado todo lo anterior.