martes, 11 de junio de 2013

No sé bien por qué empecé a escribir, pero hay algo que hay que sacar a veces.
Me prometí durante dos meses ser feliz, y no me levanté feliz hoy, así que es perfecto desahogar, o por lo menos adecuado, porque una promesa, es una promesa.

En un principio tenía ganas de sacarme lo malo escribiéndolo, logrando un post mediocre más que sólo iba a tener material para letra de Adele.

Me dieron ganas de escribir sobre fracasos, pero no de una forma pesimista, es casi un chiste la condición humana. Es decir, pensamos que podemos hacernos de la felicidad ajena como si fuera algo material que se puede hurtar.

Encuentro muchos pensamientos ridículos que cruzan la cabeza de uno, y no entiendo por qué están ahí. Uno piensa en alguien del pasado, donde las cosas no funcionaron porque el otro es diferente en puntos clave.

Uno, en sus momentos de rencor piensa que eventualmente el otro va a vivir lo que uno (Siendo que uno se sienta vulnerado) y va a entender, pero no.

No, porque es diferente (a veces en esos puntos claves) y vive las cosas distinto, y eso implica que no como vos.

Es una realidad mucho más fría, pero certera, el otro ya no es parte de tu vida por un motivo, y esas palabras no son para menospreciar:

Ya no es parte de tu vida.

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