martes, 26 de enero de 2010

Libertad 1

Es que el ser humano merece libertad?

Qué personas son las que merecen libertad?

Sólo una persona con voluntad puede tener libertad, o mejor dicho, darse cuenta que la tiene. El ser humano siempre miró hacia arriba cuando no sabía, se ideó un dios, algo superior a su existencia, para explicarse por sus acciones, o situaciones, un líder para que unifique el pensamiento de todos, y no tomar decisiones respecto al grupo.

Qué persona que cumpla con estos términos merece la libertad, si hace a otro responsable de sus acciones?

Si no es Dios, es la ciencia, somos hongos pensantes que crecen por una situación, una negociación entre luz solar, y agua que pintó en el planeta, de ahí crecen plantas, y entre ellas se cuelgan monos, que levantan piedrotas, qué elegimos entre todo esto? Dónde fuimos relevantes?

Uno renuncia a la libertad, cuando renuncia a la responsabilidad, pues si el mundo cayera en nuestras manos, cómo detendrías la lluvia, la noche o el día? Verte sobrepasado te haría un esclavo del universo?

Qué es la libertad si no actuar como gustes, siendo responsable por eso?

Muchos dejan su inencajable pensar ser encajado por píldoras, que te quitan la libertad, mas fué su elección cambiar mediante medicación, pero no se ha responsabilizado por lo que es, cedió ese problema a las pastillas.

Amo ser libre, elegir lo que quiero, y hacerme cargo de ello con orgullo, porque es prueba de mi libertad, de lo que puedo, y cuanto puedo no tiene límites si entiendo que mi libertad puede chocar con reglas, hechos u otras libertades.

Qué tanto más querés fuera de la felicidad? Qué tanto te han rendido las reglas que has seguido si no estabas de acuerdo? Facilitaste a otro en su elegir, pero dirías que lo has elegido a conciencia?

Hay una frase cortita de los Simpsons, que tiene razón, y creo, es feliz (increíble)

"Si quieres, hazlo" =)

martes, 19 de enero de 2010

Sobre enamorados




( http://www.goear.com/listen/7a419bf/brothers-fullmetal-alchemist-soundtack )

En el verano del alma nunca se sufre el calor, y las brisas son los más hermosos tesoros.

Una forma de llamar a las chicas que me han encantado, es "brisas" y dudo ser el primero en pensar que las mujeres son vientitos de frescor, no?

Esta brisa sabría cómo encontrarme y esto no es sencillamente estar en el mismo lugar que yo, si no encontrar mi mirada sin necesidad de esfuerzo al sostenerla, de hecho sería un descanso a los ojos, y no los secaria con un viento fuerte, ni traería basurillas consigo.

De seguro la brisa tendría un frescor mínimo y una fragancia propia que la identifique, una fragancia que la anuncie y sea parte del descansar del alma, que cambie de color el aire en mis pulmones y me haga cerrar los ojos para identificarla, saber que es ella lo que tengo en mí.

Más que pronto me daría cuenta por mis ojos que es esta especial brisa y claro que vería a través de ella, y lo que la definiría según cuanto veo de ella, serían sus acciones, qué es lo que mueve, qué es lo que lleva y cómo repercute en mi ambiente, parecido a lo importante de una persona, no sencillamente cómo se ve, si no su accionar, qué es lo que levanta del piso, y qué es lo que tira contra él.

Ella sabría meterse en mis recovecos, y acomodarse según mi cuerpo, saber cuándo quiero sentir una caricia en mi cuello desde adelante, o cuándo un abrazo inesperado desde atras, que roce con todo costado en mi torso, quizá sin tocar mis brazos, como un hábil ladrón que finja una palmada para sustraer con dedos de seda cuanto haya en mi bolsillo, sólo que este vientito pasaría cerca de mi corazón para llevarse mis emociones, y devolvérmelas en un juego de timo.

Y quizá cuándo sienta estos parrafos juntos, me levante en vuelo gentil, hacia arriba con vueltas vertiginosas, quizá a través de la lluvia o la nieve, o me deje visitar el sol en calorcito, y refrescarme como sea necesario para mi bienestar.

Y hasta podría enseñarme una nueva forma de amar.

lunes, 18 de enero de 2010

Todo era distinto

El mundo había cambiado, éramos el último vestigio de ahora antiguas costumbres, cuya apreciación era indefinible, pues era mínima la diferencia entre el respeto o el miedo con el que se les veía.

Este nuevo mundo claramente nos necesitaba, porque había perdido algo, algo que les intrigaba, pero por supuesto que no significaba que no tuvieran lo suyo, después de todo, no hubieran cambiado si no amaran cuánto tenían en ese presente. Muchos preferían ignorarnos, pues el humano nuevo temía lo que animales singulares como nosotros pudiera aportar, cada uno de nosotros era un ser anterior, que mantenía el secreto de dónde habían salido estos "nuevos", ya humanos, calificables de hombre, no la suerte de titanes, de los que sólo sobrevivíamos nosotros.

Y claro que no descalifico a los "nuevos", pues lo aceptable, y bueno a tener ya no era lo que teníamos los titanes, si no lo... "nuevo". Y esto les quitaba toda identidad, pues ya no había búsqueda de yo, ni internación en el subconciente, o conquista de un mal, sólo había compras.

Compras de identidad, si alguien quería ser malvado, debía buscarse una remera apropiada, junto a unas cadenas, había comercio de personas de manera de alquilar su compañía con tan sólo invitarles la salida, y había una nueva misa, se daba por tele en un show guionado.

Había nuevas costumbres, que indicaban cuán mal iba todo en torno, y uno se creía afortunado por no estar entre los 20 muertos diarios, había alerta y stress, eso es lo que había, expectaciones y planeo de lo que sucedería y el eterno temor a lo extraño e inesperado.

Es posible que por esto nos temieran, pues éramos extraños e inesperados, teníamos poderes de los cuales ellos elegían carecer, y simplemente ser muchos, en la misma. Era una horda de ovejas, que poco mas que estar juntas hacían, con temor a quien supiera quien era en sí mismo, con temor a gente como nosotros.

Lo curioso de la expresión "Gente como nosotros" pues ni éramos gente, ni teníamos algo en común, mas que ninguno de nosotros tenía un parecido con algo mas en la tierra.

Y cada uno de nosotros avanzaba, a su manera, nunca una sería parecida a la otra, haciendo lo que hacíamos, que no sería lo mismo, pero encontrándonos entre nosotros, pues entendíamos cuánto pasaba en la magia, y la magia tiende a acomodar.

En ese entonces me di cuenta que no somos la última generación de titanes, y si lo somos, esto no significa que otra no haya.

Y sólo al darme cuenta de todo eso, supe cuán poco importaba.