lunes, 24 de noviembre de 2014

Sobre seguir.





Ha sido un fin de semana inusual, si es que hay dos parecidos para decirles "iguales". Mis pensamientos se encontraron en muchos lugares, en pocas personas y nunca en conflicto, por suerte. Creo que han sido más emociones que pensamientos, por eso no sentí la cabeza gastada.

Me encontré pensando en lo que se busca. Uno hoy por hoy puede pensar en arrepentirse de acciones pasadas, pero el cambio ha sido tanto, que ahora sabemos que lo hecho es algo que no representa a quienes queremos ser.

Hay un error así que cometí de chico. Le negué a mi papá jugar un videojuego conmigo porque me retrasaba. Nunca volvió a jugar conmigo por más que le ofrezca, mi arrepentimiento es enorme.

Pienso en eso y mis deseos escalan en primera instancia, jamás haberle negado la participación. En segundo: Que me disculpe y él pueda resumir el juego.

Hoy por hoy, me doy cuenta que al errar, no tuve mucha más posibilidad de sobreponer mi acto. Es decir, no puedo viajar en el tiempo y no puedo hacer que él se sobreponga a mi actuar. Pensé entonces, que tras mi cruel respuesta, con algo de comprensión del otro lado, podría transformarse en algo pasajero y todo volvería a la normalidad. Pero no estaba en mi poder.

El deseo de que algo de eso cambie era inmenso, pero no podría suceder de manera alguna. Ésto me dió una angustia fuerte.


Esa angustia no podía quedarse. Es que no pasaron un domingo angustiados? Qué tal un feriado después de eso? No señor, algo debía hacerse respecto a todas esas cosas que no se pueden cambiar.

Hay cosas que pasaron, me pasaron con respecto a otras personas. Y caí en la cuenta de que yo sí tengo el poder ante esos casos. De hacer que ofensas que bifurcaron posibilidades tengan la misma importancia que una nubecita en el cielo. Pero debía ser ferviente con la decisión, pues sólo yo sufriría tras ella. Es que perdí tanto contacto con mi lado luminoso como para no dejar pasar algo que me afecta? Algo que no es necesariamente malo, sólo que me afecta.

No pude permitirme sufrir por eso más, no pudiendo cambiarlo para que la vida me aporte aún más.

Hay algo más a ver a cada lugar que se vea y este pensamiento no estuvo siempre en mí. Agradezco haber pasado por lo amargo para apreciar lo dulce. Pensaba que sabía cuánto valía desde un principio, por el miedo a que los malos vientos soplen.

Ahora sólo quiero tener fuerza para soportar las situaciones rudas, no quiero evitarlas más. Pues gracias a ellas he purgado de mí todo lo que me traerá tristeza y de tanto caer uno sabe que puede levantarse de nuevo.

Un finde de soledad me recordó que no todo está tan mal, ni tan escrito, ni siquiera el pasado.

Perdonen a alguien o suelten algo hoy, es mi recomendación

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