jueves, 29 de octubre de 2015
Sobre el miedo y la fe
El miedo paraliza, detiene tu marcha para que lo malo te alcance y lastime, hace que pienses en todo lo que pueda salir mal y vivas en esa horrible realidad aún sin que haya sucedido.
Ese pensamiento, el de sucumbir al miedo, me paraliza, me asusta. Me da miedo el caer víctima de una emoción propia que me encadene al malestar y pensamiento negativo, esa idea es algo que mata, lentamente. No por causar la muerte, sino que quita alegría de la vida, pone en pausa tu chance de disfrutarla, que es cada segundo, cada hora, cada saludo y cada respiro.
Tanto miedo me causó que decidí exponerme a todo aquello que me daba miedo, ya he escrito sobre esto, es mi único método de decir "Soy libre"
Así perdí mis miedos, descubrí que son tigres de papel, sombras estiradas por un ángulo de luz, agrandando algo pequeño.
Durante un largo tiempo y sin que lo supiera, un miedo me tomó de rehén. Me llevó a temer a perder a alguien, luego a pensar que ese alguien no me prefería, o peor aún, que prefería a otras personas antes que a mí, me llevó a pensar que vivía en competencia y estrés, teniendo que ser más para recibir el cariño de alguien que no tenía por qué dármelo.
Temía, temía que fuera mi única chance o estímulo para el amor y que sólo me quedaba aferrarme a ese borde, aunque el pedazo de cornisa se separara y yo cayera con él en mis manos. Eso causó el temor, que siempre me agarrara a algo que nunca me salvaría de caer.
A eso, les aconsejo exponerse. Exponerse al miedo que tanto me ha costado en lo personal, exponerse a que el otro no les quiera, a que de la fiesta se vaya con otro, a que nos lastime y nos caigamos, porque no aprendimos a sanar por mantenernos inmaculados ni a levantarnos sin haber llegado al piso.
Les aconsejo abrir sus dolencias y dejar que sea o no, para salir de esa situación, del miedo, donde ya lo perdiste todo y sólo te queda caer.
Con verdadera fe, no de ganar, sino de seguir, de moverte del mal momento, fe de que lo que aflige, con cada acto de altura, dejará de importar.
Resume la caída.
Levántate.
lunes, 26 de octubre de 2015
"Everything not saved, will be lost"
La frase me tuvo pensando sobre salvar.
Cuando salvás algo de alguna situación, suele venir acompañado de algún valor, algo que le dió alguna prioridad a seguir estando, significando.
Qué es esto que salvamos?
Siempre que necesitemos salvar, existe alguna amenaza o alternativa menos favorable, por eso uno no se habría "salvado"
Pensé en que uno, como si de alejarlo de una nada arrasadora se tratara, salva los buenos recuerdos reviviéndolos, pasando de vuelta por el corazón para acordarse que en ese momento existió, no importa el desarrollo de los eventos.
Es lo malo lo que se irá, indefectiblemente corremos más rápido que los malos recuerdos, por más tiempo que nos tome, los dejamos atrás, sin salvación de la nada del olvido.
Los buenos recuerdos salvan nuestras vidas, siempre lo dije. Nosotros los salvamos de irse y ellos se encargan de darnos un significado al desenvolver de nuestro actuar.
Hay veces que la lección que nos toca es olvidar y es ahí donde hay que hacer buena distinción y trabajo de lo que es un lindo recuerdo.
Me encontré teniendo recuerdos hermosos de algo ya no vigente, esos recuerdos pueden traer discordancia con el presente, pero en ellos está la manifestación de algo que amo en mí, una forma en la que amo ser.
A veces, para que uno no confunda estos pensamientos, empieza a catalogarlos como algo olvidable.
Hoy me frené a buscar específicamente aquellos lindos recuerdos de cosas que ya no son.
Encontré que ejercitar el recuerdo me lleva a mi presente, lo acepte o no.
A veces uno permite que el enojo tome mucho, y en cada minuto de ira perdió sesenta segundos de felicidad.
En todo lo que mires, hay algo a ser visto.
miércoles, 21 de octubre de 2015
Sobre lo genuino.
Hoy fué un gran día.
El paradigma cambia para dejarme ser más libre. Noté lo impagable de la vida en sencilla labor y dedicación, entendiendo que el servicio y el cariño son lo real.
El obrar para hacer algo crecer es una obra de eterno bien, bien al mundo en el que estamos, bien al cariño del que lo nutrimos, es intrínsecamente correcto.
Hoy entendí que es muy importante alimentarse de lo bien que sientan a uno llevar a cabo las acciones que decide a diario. Uno a veces es tentado por aquello que deseó de mas, a veces siendo atención, otras comida, otras bebida y termina por desgastarse al entregarse a ello.
Es cuando la felicidad es lo que se busca en cada actividad diaria que encontramos una buena brújula para construír lo bueno.
Hoy aprendí que revivir lecciones hace que entiendas lo poco que notaste tu amplio desvío de un valor que hace tiempo habías aprendido. Es como volver a estimular un músculo que impulse al sentir de uno, amanecer de un corto desconcierto, entender que hay... mas.
Son momentos, a veces, donde notamos una gran chance que tenemos, de hacer nuestro momento en el tiempo que tengamos para experimentar.
Las buenas lecciones, pueden salvarte la vida.
El paradigma cambia para dejarme ser más libre. Noté lo impagable de la vida en sencilla labor y dedicación, entendiendo que el servicio y el cariño son lo real.
El obrar para hacer algo crecer es una obra de eterno bien, bien al mundo en el que estamos, bien al cariño del que lo nutrimos, es intrínsecamente correcto.
Hoy entendí que es muy importante alimentarse de lo bien que sientan a uno llevar a cabo las acciones que decide a diario. Uno a veces es tentado por aquello que deseó de mas, a veces siendo atención, otras comida, otras bebida y termina por desgastarse al entregarse a ello.
Es cuando la felicidad es lo que se busca en cada actividad diaria que encontramos una buena brújula para construír lo bueno.
Hoy aprendí que revivir lecciones hace que entiendas lo poco que notaste tu amplio desvío de un valor que hace tiempo habías aprendido. Es como volver a estimular un músculo que impulse al sentir de uno, amanecer de un corto desconcierto, entender que hay... mas.
Son momentos, a veces, donde notamos una gran chance que tenemos, de hacer nuestro momento en el tiempo que tengamos para experimentar.
Las buenas lecciones, pueden salvarte la vida.
lunes, 19 de octubre de 2015
Sangrando.
Es cierto que negar los problemas distancia la solución, que las situaciones no enunciadas siguen sin ser trabajadas.
También es cierto que intenté hablarlo muchas veces. No lo "intenté", lo hice, hablé de forma directa, indirecta, me expresé con palabras y con acciones, gritos y lágrimas.
Es cierto que no estoy en el mismo lugar en el que empecé y creo que hay certeza en decir que yo no he terminado esto aún.
Quizá lo que haya hecho que me quede sin gente con quien hablar ni con algo nuevo para decir sea exactamente eso, el hecho de YO no haber terminado con eso.
El tiempo hace cosas maravillosas para quienes no tienen al corazón agarrado a algo que lo rechaza y lo loco del corazón, es que no se agarra físicamente. El corazón se vincula y lo destructivo de este vínculo, es que puede ser unilateral, sin ser sentido por el lado desinteresado.
Quizá por eso adoptar vicios lo rompe a uno aún más. Un lado del vínculo se desentiende de este corazón y yo, que lo tengo adentro, sólo puedo fantasear el olvido con distracciones, pero eso deja a mi corazón ya sin nadie, sin un hogar al que decirle "Me siento triste", para que toda esa tristeza se evidencie cuando me encuentre sobrio.
Ya no puedo hablar con nadie sobre esto sin decir nuevamente lo que ya he dicho, sin mayores cambios, la otra parte no siente lo mismo.
Quizá, parte de la remoción conste de sangrar un poco más, como ya tanto tiempo se ha hecho, quizá queden aún muchos más textos por sangrar.
Quizá, como ha pasado por la otra parte, me vuelva de amor a amigo, de cercano a distante, de calor a la nada, de motivo a detalle, de deseo a pensamiento.
De amor, a foto, de foto a recuerdo.
De recuerdo, a bruma, niebla en la memoria.
Quizá, sea sólo un loco a quien le mostraron el tesoro último y lo tuvo realmente, hasta notar que era solo un dibujo.
Arena, tiempo y tierra.
Sal de lágrimas secas.
martes, 6 de octubre de 2015
El Dilema
Hay problemas que le envidio a alguna gente.
Muchas veces tomamos algo como un problema, pero no lo es realmente, es una circunstancia.
Uno tiene un trabajo que no le gusta, pero tiene trabajo, el problema de otro es carecer de uno. Uno tiene problemas con el auto por un día, pero no tiene la facilidad del mismo tras sobreponerlo.
Entiendo que lo fuerte deba tener una gran contraparte, sea bueno o malo.
Es difícil si uno busca algo bueno, que mejore en cada vez, y se encuentra con algo en declive, una situación que no le suma, con más malo que bueno.
Sé que en este momento hay parejas divididas y que sobrepasarán un mal momento y volverán a estar bien, pero es el momento donde se siente todo desbaratarse.
Nunca me fué un gran problema querer a alguien mucho. Sufrí por eso, sí, pero no es algo a "solucionar" es algo a vivir y ya, nunca fué una imposibilidad para mí abrirme a otro a la hora de hacerle saber que tiene mi cariño.
Puede ser una seria situación sentir rechazo del cariño que das.
Puede ser un problema si no ves salida, como siempre, uno tiene problemas o situaciones, dependiendo del enfoque.
Les contaré de mi problema: No era el alcohol.
Decidí apartarme de algunos hábitos un corto tiempo al menos, ya que uno tiene que pensarse distinto si está algo entonado y está la chance de hablarle a alguien, y siempre dije que no debía hacerlo si estaba borracho.
Hoy sentí la misma falta que vengo sintiendo hace un tiempo, específicamente la que pensé que el alcohol me hacía creer. Pero no había botellas vacías ni empezadas.
Es mi dilema entonces, no poder atribuír el extrañarle a mis debilidades, a mis falencias, a mis momentos bajos.
Creo que estaría más conforme si lo que me hiciera extrañarle fuera la noche. Con eso sí puedo vivir, viví varios meses con eso, mi amigo.
Dejé de usar el colchón, dormí en el piso, salí, hice más cosas, hasta me idealicé cómodamente el estar enamorado de otra persona.
Y si sólo se trataran de las noches, más fácil sería, pero no. No bastó con redefinir las noches, que en el día vino a mí, una mirada, una forma de cara, una sonrisa y una picardía.
No trato de hacer el tema un tabú, años escribí en este manifiesto en muchas entradas.
No era la noche, ni el día, ni el alcohol, ni la falta de alguien más, no era yo y no sé que podría ser.
Sólo sé que hay cosas para las cuales se dan explicaciones que nos cuadran.
La lluvia cae, porque así siempre lo hizo.
No habrá día que no salga el sol.
Yo sólo te amo, siempre lo hice.
No hubo día en que no lo sienta.
Sobre direccionamientos y el cariño
Este fin de semana viví movimientos emocionales vinculados con el pasado. Vinculados con el amor, amor familiar, amor amistoso y el recuerdo de alguna amante que me quedó.
Tuve unos momentos, unas horas y quizá llegaron a ser dos días, donde mi procesar de emociones no fué fácil, tomó un rumbo similar a otros en el pasado que comprobé, ya no sirven ni nada aportan. Impactó de vuelta la palabra "Amor" en forma de pregunta: Lo tenés? Lo tuviste? Lo podés sentir?
Casi que tenía un "No" para cada una de esas preguntas.
Me veo a mí hoy por hoy y muchos logros y desestancamientos se alcanzaron por dejar atrás a una persona muy amada por mí, que en mí existe, es en el último lugar donde le ví.
Hoy es una realidad, ese amor no está y me pone a pensar, me dan ganas de meterme de nuevo en un laberinto de posibilidades. Y si pudiera intentar un poco más? Quizá pudiera ser más claro. Toda clase de planteos que devinieran en uno volviendo a intentar un accionar que le ha hecho cada vez un pozo más profundo. Es como si escalara hasta salir del agujero sólo para tirarme de vuelta, estará linda la caída, qué se yo.
Nunca dejé de creer en que el amor es el responsable de que creemos y crezcamos en nuestro transcurso por este plano, pero no siempre es como a uno le gustaría que fuera, tengo entendido que son las menos de las veces.
Abracé la idea de que por ahí a veces el amor viene a tacharnos posibilidades que desbaratan parte de nuestro potencial, de nuestra fuerza, de nuestro foco.
A veces nos es suficiente con la otra persona, dejaríamos todo un transcurso en nuestra vida que nos podría dar otros frutos, sólo por ver una vez más a otra persona. Dejamos de ver a otros enamorándose de nosotros, cancelamos historias de amor que nunca vieron la luz, sólo por seguir intentando en historias que no han de concluír en la forma de amor que buscamos.
A veces creo que esas azules historias de amor están para darnos más suspiros cuando el mundo no nos dará más que tiempo, para parecer ocupados yendo unos minutos a lo que podría haber sido. Me encuentro a veces frenado en mi trabajo o alguna actividad, muchos de mis textos tuvieron su chispa por ese medio, tuvieron esa aparición fugaz y nada más requirió. Nada más que un aroma o una foto o una imagen parecida a otra, muchas veces es un lugar y otras, vienen de golpe y sin excusa.
Hay que ver en qué parte de la rueda uno se encuentra, si en momento de cosechar o de plantar. A veces creo que he plantado amor y que se riega cuando se llora. Quizá esta primavera traiga algo más.
martes, 29 de septiembre de 2015
Walkabouts
Creo que los rituales o ritos de pasaje son cruciales en la realización de la vida de uno.
Un rito de pasaje tiene que ser algo cuya realización no sea certera, para que lo que sigue en tu vida sea una formación personal para entender algo que debió haber sido grabado a fuego en la piel.
Creo que, de forma inconsciente, tememos a estos ritos de pasajes y por eso los confundimos con otras vivencias intensas.
Creo que confundí mi rito de pasaje (O uno) con otro. Pensé que debía viajar mucho tiempo al sur para olvidar dos o tres amores, lo hice sólo para tener un cuarto que me provoque otro viaje con la misma finalidad. Eso tiene que haber sido un aprendizaje postergado, técnicamente recursé la materia.
Esta segunda vez fué diferente, había experimentado la muerte muy de cerca y había visto que no es como en las películas, de un momento a otro la realidad puede caer, tu brazo se puede romper, tu cuerpo no se puede mover, quedás olvidado, en la montaña sin que nadie sepa qué te pasó.
Creo que parte del rito de pasaje es sobrevivir a las chances de la cruda realidad, para aceptar la tierna realidad, que ambas son reales.
En una parte de uno, al menos mía, siempre pensé que atravesaría un rito de pasaje encontrando un amor, entregándome y permitiendo que suceda cuanto fuere. Y como las montañas, no faltó realidad allí.
Fuí olvidado y dejado, esta vez mis brazos sí se quebraron y fué casi una agonía. Pero también un rito de pasaje.
Todo sería más fácil cuando estuviera en el refugio, cuando no llegué, todo se haría más fácil cuando pasara la tormenta, cuando la tormenta no se fué, pensé que todo sería más fácil si me rendía.
Es en no rendirme que encontré un rito de pasaje.
Cuando el amor me dejó me dió una clara muestra de que eso puede pasar en la realidad, que es cruda y no permite que le descrean por mucho.
"Creo que parte del rito de pasaje es sobrevivir a las chances de la cruda realidad, para aceptar la tierna realidad, que ambas son reales."
A eso agrega:
Que por lo rudo de la realidad, nos concede motivos para soportarla, es encontrarlos nuestro deber para con nosotros, para seguir vivos, para querer más.
Creé los míos y encontré tantos otros, todo gracias a los ritos de pasaje. Que cuando pasás por alguno, te deja disfrutar del rudo aspecto de la vida trabajado y superado.
Y si hace poco viviste un viento en contra, acordate que es una prueba menos y una lección más, acordate de esto antes de que la gente y la vida te vuelvan loco.
No olvides lo bueno, puede salvarte la vida.
Ten presente lo malo, con trabajo se volverá algo bueno.
Lucha por la felicidad.
lunes, 14 de septiembre de 2015
Sobre más de lo nuevo, renovado.
Los tiempos de verano me reviven cada vez, no sé cómo hacen el truco, pero lo hacen y la vitalidad en mí cambia, cambia la perspectiva, cambian los motivos, el humor, mis herramientas, todo!
La vida tiene muchos períodos para recordarnos sobre lo dulce y lo lindo, las tormentas... las tormentas son hermosas.
Pasé por un par que me han abatido, pero llegar a cubierto tras un camino dificultoso es la más vívida persecución de felicidad, me lo enseñó la vivencia de superar el momento donde me sentí quebrado, roto, finalizado y desganado.
De dar el brazo a torcer no hubiera podido hacer mucho, perder la noción de amar porque se va lo amado es una batalla perdida y sólo podemos revertir esa condición con un corazón que lata fuerte, por algún motivo, por algún amigo, por algún plan que ensaye el amor, que empiece a ponerlo en algo y se permita ejercitarlo, crecerlo, dirigirlo hasta que tenga autoría y elija a alguien a quien quiere aportarse.
No podía ver esto cuando estaba afligido, pero dejar de ser cautivo de circunstancias que no puedo afectar da aires nuevos, no me extraña que el momento sea en donde todo empieza a florecer, si en parte el amor es una flor, que crezca, no?
Soñaba con una amiga cercana que además me ame, soñaba con levantarnos después de andar de aventuras un largo trecho en nuestra cama desarreglada, que juntos ordenemos la casa solo para estar tirados en la pulcritud comiendo de nuestras panzas y riendo cuanto más se pueda.
La alegría no tiene que explicarse ni justificarse, tardé en aprender eso también. Factores de pensamiento que hacen a uno pensar que se ve como un tonto, sólo para haber acumulado chances perdidas de poder actuar como un tonto.
Y mas que el pasado, importa hoy.
Mas que desear que no suceda otro período gris, deseo que el fin de este de una época de color en mí que no pueda olvidar.
martes, 11 de agosto de 2015
Final de fiebre.
La fiebre siempre ha marcado un cambio en alguien, desde lo más básico de la definición de esta palabra.
La fiebre surje cuando hay que luchar contra algo externo, al menos así la solemos tener al menos una vez al año, es como uno más la conoce.
No siempre es el cuerpo luchando contra algo de afuera. Un bebé que está dentando desarrolla fiebre mientras cambia.
No hablo de una fiebre sencilla, de una mera excusa para faltar al trabajo o una tos que se queda tres semanas, sino de una fiebre que inhabilita a uno a hacer otra cosa que lidiar con una condición en el cuerpo.
La fiebre debería ser celebrada.
Tenés visiones, perspectivas y percepciones diferentes, te hace cambiar sin tutía.Te hace crecer, te hace más resiliente a algo.
Una vez tuve fiebre años, hoy la tuve de nuevo. Creo que más bien, mi cuerpo estuvo enfermo mucho tiempo y ahora la fiebre vino para hacerme crecer y no darme, sino hacer que genere lo que necesito, quizá estuve mucho tiempo sin dientes, o una tos que no me dejó dormir tanto tiempo.
Hay cosas a las que hay que dedicarles tiempo y vivirlo evita que nos sigan los pesares del pasado, a veces uno considera que ya levantó suficiente temperatura el suficiente tiempo, pero no está en manos de quien está afiebrado eso, sino en cuándo llegará la persona que se reponga a la fiebre, distinto al enfermo inicial.
Hace un par de días imaginaba lo lindo que sería tener algo inmaculado por dentro, a donde no lleguen las afecciones externas, un lugar al que ir y al que no haya llegado dolor.
Luego me dí cuenta, que después de la fiebre podés tenerlo, es solo uno quién se aliena de la pureza interna, como dijo Galeano: "Son fueguitos".
Cada paso y respiro es consecuencia del relojito que llevamos dentro y es el corazón, y que marcará los segundos de nuestra vida, a veces pasará más rápido y a veces más lenta y es porque a veces vivimos más y a veces no estamos viviendo tanto.
Más importante que vivir la fiebre, es no vivirla por demás.
Te deseo una venturosa y corta fiebre.
sábado, 20 de junio de 2015
Sobre hacerse fuerte
Hay un rasgo en mí del cual estoy orgulloso.
Las formas a resolver conflictos siempre me intrigaron, es lo que estudio en mi disciplina y cada choque nos da algo para aprender.
Aprender de los choques es lo vital. Un campeón no se hace tras no perder, sino de entender por qué perdió.
Aceptar la agresión ajena es vital para esto, y las agresiones tienen muchas caras y formas, por eso pueden llegar a nosotros de mil maneras y sin nuestra antelación, pero si no nos han deshecho del todo, una parte de nosotros puede rearmarnos, listos para cambiar lo que nos hizo trastabillar.
Quien me conozca de veras no dirá que soy un hombre libre de miedos, menos aún libre de inseguridades o dolencias. Pero sí dirán que estoy expuesto a todas ellas.
Un hermano mío siempre me ha remarcado "A vos te gusta ponerte a prueba" y ese es mi mayor logro.
Nunca me dejé de exponer ni mostrar como era, ni de llamar o buscar cuando quise a alguien sin importar su reacción. Nunca dejé de dar mi amor a alguien que lo tuviera, el amor que me produce es de la otra persona, no mío y es lo justo soltarlo y no guardarlo sólo porque me habló o no lo hizo.
Una vez más flaqueé, pero me tomó la mitad del tiempo entender.
Cuando era chico tenía vértigo y me lo curé exponiéndome cada vez más a alturas, hasta perderlo y muchas veces volvía hacia la pared corriendo habiendo fracasado el superar el miedo, hasta que un día no tuve que pelear con él, ya no estaba.
La vida tiene victorias y pérdidas, todo el tiempo. Lo importante es que no resignemos las batallas que nos darán partes de la personalidad que somos.
Creo que tenía ganas incluso de exponerme una vez más y que esto falle. Para dejar de lado cosas en mi vida por los motivos correctos, porque es prueba fehaciente que mi tiempo está mejor invertido en otros lados y no dejar a otros sólo porque no me gustó lo que hicieron, lo negativo es mal criterio para cambiar de camino.
Es en lo positivo de otro camino donde debemos encontrar norte a andar y abandonar el corriente.
Vida!
miércoles, 17 de junio de 2015
Sobre noticias importantes
Ya no leo los diarios ni veo las noticias. Acepto que somos muy sensibles a lo que nos pasa y sé que hay malas noticias en el mundo, sólo que no las quiero todo el tiempo.
Hay gente que necesita saber que hay cosas saliendo mal porque eso les recuerda que este mundo requiere buenas acciones, es el trabajo a hacer.
El diario, de todas formas, pierde noticias más que importantes. Nunca escribió sobre hechos vitales en la construcción de las personas, sobre momentos y miradas que cambian al mundo para bien.
Cuando era chico soñaba con el día en que me enamorara. Un día sucedió y no funcionó en ambos lados, pero nadie más que yo supo que aún con un baldazo de agua fría, yo seguía soñando con el amor correspondido, con el cariño y con los besos.
Nadie se enteró de una historia sobre alguien que intentaba seguir adelante tras una primera experiencia algo devastadora.
Hace un tiempo quizá me hubiera servido leer esa historia, pero si querés un trabajo bien hecho, tenés que hacerlo vos mismo:
Se acabó un largo invierno para Patricio, el joven se había encontrado desesperanzado hace ya años y no había más que reflejo en el accionar diario.
Años ya contados, este joven revivió a su corazón por motus propio. Cansado ya de cargar a otras personas responsables de su capacidad de querer bajo estímulo, Patricio decidió volcarse al cariño sin necesidad de consenso ajeno ya que redescubre alegría en el emprendimiento algo iniciado ya que es su vida. 'No recuerdo haber sido más completo' nos comenta."
Sería genial esa pequeña reseña. Como un ejemplo de algo que sí sucede y que puede suceder. Una idea de gracia que lo vuelve a uno un puerto para lo más lindo que traiga la marea.
Quisiera que esas historias se escribieran en algún lado, quisiera haber escrito sobre mañanas que no amanecí solo que me dieron nuevo ritmo de corazón y cómo aprendí que el cariño es un canal y está en uno habilitarlo o no.
Claro, que en temas de sentimientos los detalles son todo, quizá por eso encontramos éstas "noticias importantes" en libros y novelas, sólo que muy pocos nos enseñan sobre un amor no dramático.
Dure lo que dure, no importa. Es ahora que late este sentir, donde quiero querer y si bien otra persona me lo facilita, es mi decisión querer.
Te quiero y no quiero saber por qué.
lunes, 11 de mayo de 2015
Sobre aquello que es más grande.
He sido bendecido con dolor y no miento ni un poco.
En un último tiempo volvió a mí una gracia divina que me lleva a comprender más sobre la vida, sobre este mundo, sobre este corazón que tanto se pregunta y se frustra cuando no encuentra respuesta (o la respuesta es más que fiera).
El enojo, como el amor, se mete bajo nuestra piel literalmente. Espera como un bichito en alguna planta u hoja de pasto mientras caminamos descalzos, sin herramientas, aquellos que buscamos sentir. Y a veces sencillamente se mete en uno, el amor como unas ciertas cosquillas que hace el pasto sólo en algunas partes del verde y a veces viene el odio como una astillita que nos duele unos pasos más adelante, cuando ya está dentro nuestro.
Hablo mucho de mí porque es la única persona ante la cual me siento en autoridad de expresar lo que siente, al menos en este medio. Por eso hablaré de mi experiencia.
En algún momento concebí que el que odiar no fuera algo antinatural lo hacía algo aceptable y en casos, adecuado. Grave error.
El tiempo y los sentimientos son cómplices, el primero sólo quiere pasar, como un tren. Y el segundo quiere llegar a uno en ese medio.
Me encontré enojándome con muchas cosas, con muchas personas, con muchas situaciones que no tenían un arreglo inmediato ni difícil. Empecé a darme cuenta de esa emoción y la acepté como normal, porque me ponía a mí en el centro, yo era siempre el afectado, era yo quien había tratado de obrar bien pero se lo habían impedido.
Muchas ocasiones eran comprensibles a mi parecer aún hoy, pero eso no hace a mi reacción aceptable, no para la persona que quiero ser.
Se dibujó un límite, cuando estaba eligiendo la tristeza y la ira para ser los foros de mi vida, siempre traerán barcos llenos de ese par de cargamentos para lo que fueran mis costas.
Me enojaba con el mundo por recibir poco amor y me entristecía conmigo porque algo mal debía haber en mí para no obtenerlo, era todo necesitar y era todo exigir. Tanto demandar me llevó a pensar y concebir el hecho de que alguien que es un fragmento de mi alma, buscaba mi malestar.
Qué ceguera, no? Mirando atrás formé quien soy junto a él y de pronto es quien busca hacerse de mi felicidad. Mirando atrás desde ahora, no me entiendo.
Me dí cuenta entonces de que hay cosas más grandes que nosotros, que yo. Y en ese momento, el enojo y la negatividad habían logrado ser más que yo, pero nunca crecieron, yo fuí quién se volvió menos.
Fué un hecho: Iba a sufrir mientras viera todo así, yo no podía importar más que otro y caí en lo más fuerte y grande y más que todo: El amor.
Con mi enojo y negatividad buscaba no tener que torcer mi brazo y amar, buscaba que pasara algo que me haga amar, pero eso no pasa realmente. El amor está en uno y tiene que rendirse. Sí, rendirse.
No existe mayor dios que el amor y la idea de un dios es que te rindas ante sí, pues su voluntad se hace y yo, como buen pecador, recibí todos los cachetazos del amor ya que era yo quien no lo aceptaba.
Ah, qué gloria. Saber que no era una maldición ni un sino aciago, era enteramente mi culpa el errar fuera del camino. Tras no reconocer que cuando con algo o con alguien me enojo, estoy fallando en ver lo que hay para amar en el objeto de mi enojo.
Son esos ojos los que hacen cambios, con una mirada o un roce o una caricia, unas palabras, una sonrisa. Ahí se esconde el amor y es sólo visible a un pecho caliente de sensibilidad y valiente para no importar las heridas que acarreen las partes duras del amor.
Volví a la gracia como un criminal reformado. Supe por un tiempo que el amor vence y aparentemente lo olvidé por un oscuro período.
No siempre supe que se elige la vida y la luz así y agradezco a cada evento en mi vida para hacérmelo saber cuando aún puedo amar.
Amor y paz.
lunes, 20 de abril de 2015
Mis noches de Ella.
Las noches con Ella eran distintas. Era cada noche una aventura y una apuesta infinita y un salto al vacío.
A veces me preguntaba si me querría menos que la última vez, sólo para descubrir que me logró querer el doble. Se permitió quererme y con todo el calor de amor que surgía de mí, casi que no tuvo otra chance más que dejarme quererle.
Algunas noches Ella no estaba tan cerca como para tocarla, pero igual me la pasaba con Ella un rato. Rodeaba el departamento para desenchufar el teléfono de mis padres y luego le llamaba y hablábamos, sólo hablábamos.
No podría decir bien de qué, ni siquiera contaría ese verbo como "hablar", creo que más bien nos compartíamos por el mejor medio que teníamos, cada uno en su cuarto deseando estar en el del otro.
Otras noches seguían siendo de Ella, sólo que en otros medios. Jugábamos a algo desde nuestros cuartos, deseando también estar jugando juntos, al menos por mi parte. Buscaba darle un beso cada vez que hiciera una jugada excelente, funcionamos hermoso como equipo y siempre pensé que nos veíamos geniales, cada uno excelente en su rubro.
Uno de mis mejores recuerdos es ensayar un saludo, ella hacía una pirueta y terminaba a upa mío y nos besaríamos. Otras veces le decía "Es hora de su beso" y la alzaba sólo con mis brazos ahí donde estaba para dejarla a mi altura y cumplir el horario.
Muchas veces eran noches, pero siempre se sentía como si el sol entrara por la ventana, como si el tiempo se hubiera detenido. Nunca sentí tanta pertenencia a otro, nunca tuve un mayor sentimiento de estar en el mejor lugar que hay para mí y ni pensar en otro.
La vez que gané mucho de su cariño fué la noche en que le cociné torta y había guardado un poco para la mañana. Pero eso ya no es noche de Ella.
Las primeras noches sin Ella fueron raras, no estaba en mi casa tampoco, por suerte me encontraron viajando, con paisajes consolando mis heridas y caminatas que me mostraron un nuevo límite, pues era dejar que el dolor nos comiera o usar el dolor para impulso.
En el tiempo que estuvimos juntos nunca logré que me llame durante una semana que estuvimos separados por distancia, pero en mi tiempo de viaje, las primeras noches sin Ella, me llamó una vez.
La ciudad sin Ella fué la tortura. La naturaleza no podía sanarme desde tan lejos y tuve que hacer mi trabajo aquí. Cambié el esquema de mi vida y con todo nuevo, mis noches seguían siendo de Ella. Y las de Ella de alguien más.
El sueño no llegaba y a veces la tele y la cerveza no eran suficiente. Los vacíos que quedan habiéndose ido aquello que tanto llenaba pueden encontrarnos bajándonos a cero sin importar cuánto hayamos escalado.
Hizo frío todo ese tiempo en mi recuerdo, había días de calor pero algo de rareza en el aire y una completa falta de futuro. Sabía que llegaría un día mañana donde tendría que lidiar con los mismos demonios que en el día presente, pero no pensaba más adelante en la semana.
Una noche así casi muero, sin bromear. Fué la sensación más fuerte causada desde mi interior, el pecho estaba listo para desmoronarse hacia adentro, como si me hubiera ahuecado y la presión de afuera hiciera su efecto. Sólo podía sentarme y llorar hasta dejar de sentir ese gusto tan salado, a veces creo que me dolió tanto y por tanto tiempo por haberme tragado las lágrimas que terminaron en mi boca y así dejando entrar el dolor de nuevo.
Empecé a sentir que mejoraba cuando llegaron los días sin Ella. Esos días estaban algo nublados y siempre eran tardes de otoño con un fresco que no perdona y que no se puede bloquear sin taparse las orejas.
Encontraba momentos de recuerdo constantemente, fué la época donde pude revivir los recuerdos sintiendo algo más que dolor, sentía también tristeza pero en forma tal que podía analizar lo sucedido, no había muchas lecciones al principio, pero creo que seguía siendo por las emociones que no dejan procesar.
Que se fueran las nubes fué lo menos esperado en mi vida. Los días ya no eran sin Ella, algunas noches con algún recuerdo se ha sabido procurar, pero no le ha pertenecido a ella el momento, sino a mí.
Como si fuera un arte de magia, como cuando te cansás de jugar y jugar un juego, cuando necesitás otras acciones porque hiciste las mismas un largo tiempo. Así me sentí cuando vino la alegría, los colores y el calor. Mis días eran míos y ya su recuerdo era mío también, yo era mío y mi dolor mío también.
Vino el amor para reemplazar al enojo y la sonrisa para empezar a comunicarme con otras emociones.
Las noches bien dormidas me dejaron soñar con lo que pasaría después de mañana y volví a tener semanas completas que se hicieron meses en los que ya había estado contento todo ese tiempo, con días buenos y otros que podrían haber sido mejores, pero mi pecho se llenaba más y más. Con el viento y la brisa, con las chances y mis construcciones, enamorándose de la persona en la que me convierto y pudiendo soñar, de noche y de día, con la persona a la que le daré la persona que soy yo.
Me entregué a todos los días y empecé a dar de mí, pues estaba orgulloso de quién estaba siendo. Creo que es el primer motivo por el cual uno estando en un mal estado se aísla (Al menos yo) y es que no estoy orgulloso de quien soy cuando estoy atrapado en emociones bajas.
Ya llevo meses de alegría y de amor y nunca en todo este tiempo ví mayor progreso en mi persona.
A veces pienso que es porque tengo que ganar y poquitos meses de relación no me bastaron con Ella y siendo así, yo llevé la relación (solo) a durar años, pues meses de Ella no representaban ni bastaban para quemar todo el amor que se generó en horas nada más.
Sabiendo ahora que tanto amor se puede generar en tan poco tiempo, acepto el desafío de provocar aún más, de un fuego único, del milagro más hermoso que tiene el poder de todo lo que pulsa.
De sanar.
lunes, 13 de abril de 2015
Sobre vuelos
En la ciudad se ha perdido a Dios.
Ha sido descripta algunas veces como una "jungla de cemento" mas una jungla es un lugar armónico con lugar para tus pensamientos, por eso cuando lo llego a pensar, no entiendo por qué le llaman así.
Habemos monos en esta jungla, los monos más antiespecie que le han sucedido a la existencia. Monos que piensan que por ahorrarse un esfuerzo mejoran su vida, que por tomar el lugar de otro ya han subido una escala en la cadena evolutiva, que por tener más cosas contables que otro, ha logrado más.
En la ciudad se renunciaron a los lugares espirituales y se irguieron ídolos para que la gente pida y culpe a paredes sin oídos, para que intenten medios que no ofrecen respuesta a sus problemas y luego se justifiquen pensando que algo han hecho mal, y para ser sincero han estado mal en subirse al reloj de la ciudad.
En el desfile gris que da este terreno, se renunció al pasto que conforta el pisar descalzo con temperatura y suavidad, para acceder a un material ya descuidado y sucio que conserva tanta porquería como cae encima sólo para que los zapatos hagan ruido y se puedan usar tacos. Aquí el calor del sol no se aprovecha ni nutre a algo sino que calienta las baldosas y rebotan sus rayos para que la temperatura se vuelva nociva y el aire se vicie.
Todo esto se hace para moverse más rápido a atender temas de papeles que nos dicen que son importantes y muchos lo hacemos pensando que así tendremos nuestro merecido tiempo libre para vivir.
Vivir? Uno puede estar vivo en la rutina y muerto cuando busca recrearse. Vivir no sucede porque nos levantamos a la mañana, la vida sucede cuando despertamos a la misma.
Y empezando a despertar sentimos emociones, que son todas buenas, pero a veces no es bueno quedarse en un circuito de las mismas, especialmente no de las negativas.
En eso andaba yo hace un tiempo y tuve muchas ganas de salir de ello. Tuve ganas de crear algo hermoso entonces.
"Te conozco cuando actúas y te pierdo en tus promesas, te disfruto en tu presencia y te evito cuando no estás. Vivo muerto de envidia hacia tu piel, que te abraza todo el tiempo, mas tu piel es lo que más me hechiza cuando la logro tocar, y tus labios, tu boca y tus ojos.
Esos rasgos tuyos, preciosos y únicos, tesoro sólo identificable para quién mire con más que los ojos, cortan con tanta acidez de este lugar donde tanto se ha olvidado.
Cruzarte por las noches me es una aventura. Corro al colectivo y siento que voy a llevar a cabo un accionar de película, que me voy a bajar, voy a resolver un crimen y dar con el principio de otro, siento que va a haber justicia y plenitud sólo por salir a vos.
Cuando te espero en el bar (como todo buen héroe) siento que me debo preparar para que no vengas, al menos mentalmente, porque podría pasar y no se me debe reflejar a un nivel muy personal.
Estás llena de hechizos y sé que alguno me afecta de antemano, sea tu boca, tu sonrisa, tu pelo, tu cintura o tus piernas. Pienso en cómo me siento cuando compartís tu energía y veo que en ese tiempo soy rico, porque hay algo único en el mundo y está ahora conmigo.
Yo no soy tuyo ni vos mía, pero el tiempo es nuestro y no sé sobre tu sentir, pero sé a cuánto me atrevo cuando vamos de la mano.
Cuando te abrazo siento tu motorcito, ese corazón que a veces se acelera. A veces, cuando siento que se acelera cuando se enriedan nuestros brazos, es como si me dieras permiso a amarte un poquito y yo me siento atrevido, como para hacerlo sin culpa.
Desde que esto empieza hasta que termina me doy cuenta de que no respiré y ahí hacés lo que no me puedo explicar, pero vaya que he sabido ser testigo.
Cuando recuerdo respirar lo hago muy profundo y siento tu esencia, tu aroma y eso ya no me deja sólo imaginar que te amo. Cada vez que lo sentí, la sensación pasó también (Con un día más o un día menos) no es definitiva, pero cuando huelo y estás entre mis brazos, te respiro y te metés bajo mi piel.
Es cuando te estoy amando y entrás en mí que me doy cuenta de qué pasa dentro mío, es ahí donde recuerda lo bueno en mí despertarse, como si del olor de la comida se tratara para alguien hambriento.
Después te beso para devolverte un poquito con algo mío, te beso porque sé que ahí está el próximo pedacito de vida que voy a sentir, te beso porque estira un segundo más mi sentir.
A veces te beso más, porque cuando aleje un poco la cara, voy a darme cuenta de que dejé de flotar y no voy a saber cómo lo hiciste, pero después de haberlo detenido, hiciste que el tiempo vuelva a correr.
Toda esta magia la provocás cuando estás. A veces, sé que te gusta hacerme un regalito, y pasás por mi cabeza aún cuando no estás. Sólo para regalarme un momento en el aire, un respiro de libertad. Sé que lo hacés para alegrarme el día, sé que pasás para que hoy, al menos hoy, haya sentido amor"
martes, 7 de abril de 2015
Entrada del 4to cuaderno azul
"He indagado en emociones porque el frescor ha llegado hoy.
La mañana ya no me despierta deseando saltar a una pileta, sino que es difícil abandonar las mantas. Pero la sorpresa no puede detenerse.
Hablaré de un dolor una vez más, pues hoy coseché algo hermoso.
Charlando me dí cuenta de un sentimiento que debo entender y procesar, pues deja en mí euforia y confusión emocional y esto agota energías.
El dolor está muy bien, pero nunca viene solo. Es como si viéramos una hermosa bandada de pájaros e inmediatamente pensáramos que todos nos van a cagar encima.
El dolor y la tristeza traen una oportunidad hermosa y los detonan los sentimientos más nobles.
Hoy salí de mi centro por ponerme a prueba y el frío vino en un momento, intenté sentir el enamoramiento hablando con alguien que me enamora, pude acercarme a la sensación de amar, la cual me fascina. Con ella vino el dolor.
Me enojé conmigo un rato: "En serio, Patricio? Años de trabajo para volver a esto?"
Traté un largo tiempo de asimilarlo, un pensamiento que me ayudó es el de clasificarlo como un cariño estancado y ya.
Esta vez entendí de forma más completa. No puede haber sólo dolor. La quiero, genuínamente somos dos partes de un hechizo cuando nos juntamos.
Mucho de mi enojo fué a que ella sufra por alguien que realmente no sabe lo que tiene. Parte del dolor era no tenerla y luego recordé que ya no la necesito. La quiero, me habla y mi día es mejor, pero no la necesito.
Lo que me duele es que a ella le duela, porque surge de la emoción más sincera, el amor. De ella para él, y de mí para ella.
Luego me llené de alegría.
Se acabó el duelo erróneo de que ella no esté. Me puse a prueba y se fué.
Aprendí, y de forma poética, ella está sufriendo por él algo simil a lo que yo por ella.
Ví mi progreso sucediendo, ví mi amanecer después de tan larga noche.
Y el frío, el atardecer y el viento me contaron que a ella le llegará también."
A veces pienso que lo único más nuestro que lo que genera el corazón, es la rudeza que resiste de un mundo tan brusco. El dolor y la fatiga son nuestros para incorporarlos y que nos formen. Si otro se hubiera caído por nosotros, no sabríamos caminar.
miércoles, 25 de marzo de 2015
Eros despierta
En mi trabajo de rearmarme han participado varias etapas en las que tuve que hacer trabajos. Existe el gran deber de dejar atrás (Que me atrevo a decir fué lo más difícil) el entendimiento de que he de cambiar ahora, no luego y por último, la duda inalcanzable (al menos si se busca la felicidad) el "Qué será?".
Recordé hace años estar hambriento de emociones y ansiar por el verano, tiempo después no importaría que fuese invierno, podía exponer y compartir mi amor, sólo por mi convicción y deseo de que así debía ser. El amor es como un ave, no nació para ser encerrada o su canto terminará y yo encerré al mío en una jaula de inseguridad y sopor inútiles, pensando que debía rendir tributo a condiciones y personas que hacer rato habían dejado a mi persona.
Me inundaron ganas de hacer cuanto se me cante y esto abarca especialmente mis momentos conmigo, en qué invierto mi tiempo, cuánto paso bebiendo y mirando tele y cuánto practicando guitarra, por ejemplo.
Me empecé a volver alguien interesante, debo decir, y me interesó enamorarme de quién me fuese convirtiendo, después de todo seré el único que cambiará conforme yo rinda mi amor o no, y es un hecho.
Empezar a construirme fué vital. Antes me consideraba carente de interés, no es que hiciera cosas poco copadas, es sólo que no entendía a dónde radicaba lo importante de mis acciones, vivir era casi como un trabajo rutinario, donde no encontrás (ni te encontrás) emoción en el accionar, sólo, como un trabajo rutinario y repetitivo, repetís.
Me empecé a volver alguien genial nuevamente, un fenómeno, una chispa, un fueguito y un sonriente. No consistía en despertar por estar consciente de cosas que otros no, sino que despertó la alegría en mí, ya no hay más lugar para sentarse a pensar sobre cómo el resto falla.
Tras ese milagro me dieron ganas de presentarme y mostrarme a más gente. Es que descubrí a este pibe que es una masa y siento que en algo de seguro sumará conocerle, tanto otros como yo, ver qué surge en mí al dejarme afectar.
Elegí la reclusión por no poder manejar hechos que pueden suceder, hechos negativos. No me atreví a salir de ella por dejarme creer que es todo lo que pueda suceder.
Y ya no más.
lunes, 16 de marzo de 2015
Sobre bruma.
No sé cuán frecuente será en otros, pero suele sucederme una entera falta de respuesta por gente que aprecio muchísimo.
Antes me costaba esta situación, hoy reflexionando aprendí un poco más a sobrellevarla y entender que no es mi lugar demandar atención de más ni tener explicaciones de por qué sucede, es mi lugar y deber invertir mi tiempo en algo más.
En el desierto del tiempo los recuerdos se vuelven más y más borrosos. El tiempo pone una bruma, una niebla que va haciendo cada vez menos nítido el recuerdo y el motivo de por qué uno desea acercarse a otra gente, a esa gente perdida entre la neblina al menos.
A veces es la gente quien pone esto en el medio, haciendo que no se pueda llegar a ella. Intento facilitarlo muchas veces, es decir, la falta de ganas de la otra persona no reduce las mías, no de inmediato al menos.
Es lo vital ante esto, evitar permitirse explicarlo dándose atributos negativos a uno mismo, pues aceptaré la responsabilidad de haber intentado que funcione, pero no la de haber boicoteado el vínculo, no sin que me hayan mencionado al menos que estaba haciendo algo que perjudicaba el suave pasar del tiempo al estar juntos.
Quizá muchos estén interesados en jugar ese juego del desinterés, pero yo no soy así y odio mostrarme como algo que no soy, por eso muchas veces elijo la soledad. Si estuviera menos orgulloso de mis elecciones, diría que otros la eligen por mí.
Es donde destacan mis vínculos más reales. Me dan ganas de ver a mucha gente, pero pocos lo hacen posible y aún menos me dan tu tiempo legítimo, mas cuando sucede se siente el amor y la conexión.
Creo que no hay pecado en que esos momentos sean pocos. De elegir, eligiría más frecuencia, pero no me es posible elegir siempre, pero sí disfrutar.
Disfrutar de las bendiciones que he recibido con mis amistades y hermandades. Saber que en el tiempo en que les vea la práctica más hermosa se pone en movimiento.
Creo más que vital que exista esta bruma y esta distancia y desconocer a quienes me han quitado el tiempo despreciando mi aporte.
Creo que no me puedo perder en esta niebla, ya que tengo unas poquitas luces que brillan en ella, y que con lo especial de cada una de estas personitas, me impulsan a brillar también.
martes, 3 de marzo de 2015
Sobre apuros.
Hoy tuve el pensamiento de que cuando no podemos pensar, estamos sobrecargados por pensar de más, o incluso no podemos vernos en un tramo de felicidad, tenemos a cargo nuestro más de lo que podemos abarcar.
De alguna forma resonó mucho en mí este pensamiento, es casi una lógica, tiene todo sentido si se piensa, se hace un esfuerzo superior al que nos permite llevarlo a un ritmo saludable, es incluso exhaustivo.
Recuerdo más de chico (y no necesariamente hace mucho) que los problemas tenían esta manía de parecer urgentes. Claro que pueden ser graves, pero no necesariamente urgentes y de hecho muchas veces contamos con una enorme urgencia por igual de problemas tanto graves como sencillos.
Constantemente en mi cabeza sonaba la inseguridad de no andar encaminado, de no tener certeza o al menos alguna rutina que me diera la ilusión de tenerla.
Tuve mucha preocupación ante el ojo ajeno, al menos para lo que me gustaría preocuparme, y eso aportó a nada mas que mi propio malestar.
Pensé en el desperdicio de energía que uno pone en remarcar incertidumbres, en darles más importancia sólo porque están ahí, sin poder ser manejadas o controladas. En muchos aspectos me dí cuenta de que mi felicidad empezó cuando me dí cuenta de que hay asuntos, emociones ajenas a mí, ajenas a mi deseo y por correctos motivos.
Y luego me dí cuenta del entero pensar que le daba a, justamente, aquello que no está, aquello que falta, aquello que está más lejos y no se alcanza.
Me dí cuenta de que tenía mis recursos puestos sólo en una voz que sentenciaba con la certeza de un matemático ante una suma, afirmaba "Sip, es inobtenible"
Todo ese tiempo invertido en el mismo discurso! Es como sentarse a mirar el sol en entero brillo, es hermoso, inalcanzable y duele.
Con esa parábola me dí cuenta que por no mirar de dónde viene toda esa luz, es que mis ojos tienen utilidad.
Decidí entonces mirar a mi alrededor con la luz, el conocimiento de lo que no tengo, de donde fallé y ví que no pude manejar, decidí explorar lo que no me daña y hacerlo crecer.
De pronto el momento se hizo más genuino. Empecé a limpiar mi habitación, disfrutar en mi trabajo y crecer y aprender algo nuevo cada día.
No siempre supe que se puede retomar la capacidad de amar algo más cuando creías destruída tu idea de amor. Siempre tuve que creerlo, pero repetirlo para sí no siempre es enteramente efectivo.
Descubrí que la felicidad es el servicio y el esfuerzo, lo descubrí de nuevo y lo hizo más hermoso, es como un viejo amigo, una nueva forma de que compruebe nuevamente algo aprendido hace mucho tiempo, es la prueba de que otro camino no me llena.
Por los límites de lo que no puedo alcanzar, es que entiendo qué puedo hacer crecer, si me enfoco en aquello que sí puede nutrirse de mí.
Y los problemas se fueron.
miércoles, 25 de febrero de 2015
Sobre lo que no tengo.
Una de las gracias en las que caí para salir de males ahora pasados es una diferencia de percepción o de foco.
La falta de alguien que querés a tu lado no es fácil de sobrellevar. Es decir, hay diferentes niveles de deseo y algunos son casi una necesidad, para quienes somos en ese momento, que nos deja tullidos si no está completa.
No siempre podemos tener cuanto queremos, es un hecho. Tenemos una urgencia por aprender a cómo lidiar con lo que no podemos cambiar, nuestra experiencia de vida estaría incompleta de no entender ese aspecto de la existencia, todo eso que no tenemos.
Recuerdo de chico una vez estar sentado en el asiento de atrás en el auto, mi papá manejando, mi mamá al lado y mi hermano al lado mío. Por algún motivo se hablaba de alguien que murió y me dijeron que "murió de viejo".
Era una novedad para mí, es decir, sabía que podías morir recibiendo daño de alguna forma, pero no sabía que "caducábamos".
Ésto me destruyó, caí en pena un tiempo ya que un día la vida se me iría, sabía que un día ya no la tendría y es un hecho.
Fué la primera vez que entendí que había cosas que no podía cambiar y mucho tiempo (para un niño infante) me comió ese pensamiento y cuando entendí que debía acentuar la vida para aprovechar la muerte, todo cambió.
No fué la primera vez que lo sentí, fuí adolescente y también viví la falta de quien me había enamorado. La última vez que lo sentí fué un tiempo largo y fué no tener a quien amaba.
Noté que justificaba mi comportamiento cual niño chiquito por acentuar mi problema, mi falta de algo.
Hice el embrollo que no hice durante años al saber que hay cosas que no puedo tener y lo hice todo para conmigo y mi humor y mi bienestar y la alegría.
En el cese de nuestra alegría empieza todo el crimen que luego expandemos y sólo por llorar al sol en el anochecer.
En una cena hace poco, empecé a pensar en lo que no tengo y me acogió una sonrisa hermosa, un calor precioso.
No tengo facilidades en la vida, no de grandes razgos, no tengo siempre a alguien a quien molestar y aliviarme de problemas, tengo una gran falta de ello y sólo me quedó volverme independiente. En el transcurso de esto, recuerdo desde chico refunfuñar y molestarme porque otros la "tenían más fácil" y hoy, cuando veo lo que construyeron mis faltas estoy atónito con cuanto hay en mi vida.
Pensé en lo que tenemos como una burbuja, lo que está adentro es lo nuestro, lo que importa, nuestro ser, nuestros valores y nuestros cariños.
Una burbuja alcanza esa forma perfecta por todo lo que no tiene adentro. Por la presión que ejerce todo ese aire que no la llena, que incluso la comprime y eventualmente la seca y destruye.
Lo que no tenemos nos moldea quizá más que lo que contenemos, es el vacío y el lleno. Es quienes somos y vinimos a este mundo a ser hermosos, a estar llenos y que nos falten cosas afuera que nos formen, nos den la tonada única que nos define para zapar con el universo.
No siempre entendí cómo abrazar lo que no puedo afectar podía darme tanto, como la falta de afectos en los que estaba fijado, forjó otros que ahora, después de tiempo de que pase el agua, descubre un retoño de hermosos pétalos.
No siempre entendí de cuánto carezco ni cuán importante es que ahora no lo tenga.
No siempre recuerdo la gracia que cae en mí por lo que me rodea, no siempre, pero hoy sí.
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