miércoles, 12 de octubre de 2011

F. de la O.

Entre algunos de mis musicales preferidos está "El Fantasma de la Ópera". Una obra que desde un amplio tiempo me reflejó el amor, pero el tema está en qué tipo de amor.

Son tres perfectos ejemplos de cómo el amor no es consumado, no hasta lo que es el final de la obra al menos.


* S P O I L E R *



En el final se produce una elección que creo que muchos no se dan cuenta que es vital para que se logre una unión de amor único y puro, el amor del que muchos se suelen quejar que no llega a sus 15, que piensan que traerá la solución a sus vidas, cuando en realidad nos falta aprender mucho para siquiera saber que clase de elección estamos haciendo.

Cuando amas de esa forma tan libre, tan hermosa y claramente tan única y exclusiva a otra persona, aquella que te ama de la misma manera, no es casualidad que sea un hito impresionante y poco común.

Si el amor estuviese decidido en el momento en que Christine y Raoul se vuelven a encontrar, cuasi al principio de la obra, hubieran huido y ya, sin problemas (ni obra, cuak) ya que la elección es fácil, la elección es el otro.

Es ridículo pensar que al llegar esa persona se nos irán las dudas, pienso de hecho, que todas las dudas vendrán. Toda inseguridad se hará presente y no lo digo por el típico hecho que aprisiona a los egomaníacos hormonales de no acostarse nunca más con otra persona, si eso te cruza la cabeza estás bien bien lejos.

Creo que el llegar de una persona que mueva tanto nuestras emociones hace que crezcamos de una manera abrupta, pues si es el amor real, no lo vamos a elegir sólo porque nos da seguridad de no morir solos, va a ser el fin de mil temas, una de las más grandes facilidades, pero dudo que suceda mágicamente, es decir, no va a solucionar tus inseguridades y problemas solo, va a hacer que te definas todos esos temas que dejás flotando para otro día, pues no veo por qué una persona debiera nacer con una llave ajena a sí a todas las respuestas, no veo cómo alguien debiera ser privado de la hermosa chance de crecer a un nivel de consciencia mayor y creer que vive el amor, y en su lugar perderse en una versión bastarda que se limita a un acuerdo entre dos personas a poner un tope a un aspecto de un crecimiento.

El no poder estar contento, sabiendo que la otra persona será encontrada cuando estés pleno, es el primer signo de no poderle ver, porque el amor no es un placebo, ni un deus ex machina.

Gente que yo fuí antes, que todas respondieron al nombre "Patricio" podían definir diferentes formas de amor, hasta que murieron, habrían jurado que era la forma más pura.

Hoy no sé cómo es el amor del que tanto me encanta hablar, y por eso más que nada remarco los malos ejemplos. No para definirlo por lo que no es, sólo para exponer por qué pienso que ciertas situaciones no son amor, si no manotazos de ahogado, que no están para nada mal, es sólo que me gusta decir "Te lo dije".

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