viernes, 29 de marzo de 2013

Sobre momentos de gloria.



El cariño que queda es mucho más que el de un principio.

Hay gente que entiende cómo querer de otras formas una vez que amó, yo sólo amé de nuevo después de un amor, por encontrar un amor más grande en mí.

A veces quisiera poderme quedar enojado y que tenga sentido, para venderme a la facilidad, tachar en mi vida un posible éxito y dedicarme a lo que sí puedo lograr.

No puedo odiar, me han hecho de lo peor, pero el enojo es mi más breve inquilino.
A veces muta a tristeza, y esos son los únicos momentos malos en mi vida, en los que los debo recibir con los brazos abiertos, porque si tanto amor y alegría recibo, cómo despreciar los momentos en los que hay que llorar?


Hay amores que no pasan, y de eso uno debe aprender.
Y aprender a dejar pasar también, porque un amor venidero, superior, no podrá ser visto con ojos cerrados y llorosos.

Todo ese cariño me queda a mí, y después de un momento mi alma vibra.

El viento me susurra esperanza

Y el amor toma la balanza

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