Precioso refugio, de estar en medio de la nada.
Llena de escondrijos, que permitan que te adueñes de alguno, pero ignorando tantos otros.
No será fácil, y no habrá guías.
Tendrás que tener convicción para hacer algo más que pasar la tormenta en mí.
Y muchas ganas, para conocerme por dentro.
Entiendo si te rindes, serás bienvenida a pasar más tormentas.
viernes, 31 de diciembre de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Las cuevas no tienen puertas, están siempre abiertas... =)
ResponderEliminar