CAUTION: Do Not Feed The Bear

El sueño más antiguo que data en mi mente es una pesadilla.


Hace poco, aunque el tiempo es de poca importancia en este pensar, me dí cuenta de ciertas razones, de juguetes que tengo en el ático, llenos de polvo y telarañas.

No es a las arañas a las que podrías temerles, pues nada podría seguir vivo después de tanto tiempo, y te aseguro, ni las arañas querrían estar en ese ático.

Alguien muy cerca de Dios, ha de aceptarse igual de cerca del diablo, pues su fe en algo divino, significa que cree en algo de esa intensidad, para bien o para mal, no?

El olor a encerrado, y la suciedad me cierran la garganta cuando siento de mis emociones tóxicas, y siempre dejo que mi corazón sienta amor por todo, pues en una sintonía más grande, como lo es la universal, todo encaja, todo es simple, y es sencillamente hermoso.

Y ahora entiendo por qué surgió una burbuja en la que estuve adentro, y es que hay gente sensible a la luz del sol, otra que es sensible a lo picante, y yo hoy me siento sensible a las emociones fuertes.

No pretendo ser entendido, aunque mataría que así fuera, pero ustedes no sienten como yo, al menos hasta que se demuestre lo contrario, y no saben qué cosas hay en mi ático.

Dejando de lado los dedos que apuntan, en ese sueño, esa pesadilla, sólo había una fábrica oxidada, y un hombre que amenazaba, y hoy me estoy volviendo cada día más fuerte para cuando llegue ese hombre, y al mismo tiempo pienso que cuando venga, y le derrote, sólo quedará la fábrica y su óxido.

No sé sobre mi destino, ni mi sanidad mental, no sé si el chequeo por maníaco-depresivo debería haber sido llevado a cabo, y mi malestar se acabó con esta palabra.

Y aún hay partes del corazón donde no me siento seguro.