miércoles, 17 de octubre de 2012
Sobre cortes.
( http://www.goear.com/listen/b463c89/sueno-con-serpientes-silvio-rodriguez )
No es la primera vez que apelo a esta canción, pero sí la primera vez que apelo a la misma tras poderla tocar pobremente, y sentirla de una forma diferente.
Es de noche, de noche en mi vida hasta que el sol golpee mi cara con su violenta alegría, que poco más que agradecer puedo, el resto es disfrutar.
Me vuelvo impaciente a la hora de cortarme, cortar mi cuerpo, tajear mis tejidos por motivos internos que me piden salir y ya no saben cómo.
Hay algo en mi que pide ser punzado, pide una salida y hay proteínas, partes de mi cuerpo que deben ser amputadas, rotas, razgadas, porque quien soy no es tan externo, entra en una única de mis millones de células.
Millones de unidades repetidas que repiten una misma cosa, una misma tendencia, una misma frase, un mismo nombre que sólo quiere salir, y salir y salir.
Siempre sentí mucho calor en mi vida, calor de emoción, calor de sensación, calor incómodo, calor en días calurosos que de nadie puede fiarse.
Yo quemo, quemo al resto, el resto no llega a sufrir, sólo se aleja para mantenerse cálido, pero mi corazón late más fuerte para pedir más cercanía, pero eso sólo genera más calor.
Calor que a otros ya no sirve a la misma distancia, y deben alejarse, pues soy una hoguera, y lastimo al resto, y para que se acerquen, debo dejar salir ese calor.
Buscarme una compañera de fuego, o razgar mis tejidos hasta que ese fuego respire aire, salga rojo, amenazante, señal peligrosa de vida peligrosa que hay dentro mío, por eso corto.
Corto porque tengo mucho, mucho que siento de sentimientos que nadie me pidió tener, pero suceden, como el pasto en la tierra tras el amanecer del sol, o el rocío tras ocultarse, pide salir.
Salir como planta, planta roja y viva, más fogosa y calurosa que la común verde del campo, ésta sale de mi ser, del ser de alguien cálido por demás, peligrosamente cálido.
Por eso corto, corto las barreras entre lo que hay en mí y el aire que sólo mantiene el calor vivo, ese fuego de mi vida que me calcina y a nadie deja acercar.
Por eso corto, en silencio, porque todos tenemos nuestros demonios, y los míos incendian desde hace tiempo y sólo así se callan a veces.
Lo bueno es que los calla por mucho tiempo, es lo único que piden, un límite más permeable, fácilmente proporcionable por un filo de un elemento tan insípido como el metal.
Por eso rompo esa barrera, para que lo peligroso en mí salga y pueda acercarme a otros, por eso corto, porque a otros quemo.
Corto, porque late desde adentro, corto para que salga y vea de qué estoy hecho.Sobre cor
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