martes, 13 de octubre de 2009

"Ah, será lo más simple del mundo" - Me dije sin mayor pensamiento, y es que así era, si bien estaba nervioso por salir a la vida, constantes palabras de mis familiares adulandome, llamándome hermoso, muy listo, lleno de atributos, jamás me resultaría un problema moverme en este mundo.

"Eres único" me dirían, y en ese caso, el mundo me adoraría, pues soy único en mi clase.
"Único en mi clase" juro que me río de eso ahora, ya en mi primer día tenía un delantal que ponerme, que me igualaba con todos, me distinguía mi nombre cosido que, por supuesto, no sabía exactamente qué decía hasta que ya era muy grande para ponerme ese delantal azulado, y debiera cambiarlo por uno blanco.

Éste me aterraba, el azul era al menos un color, pero el blanco insípido daba vértigo, era serio, tenía un carácter de aprender y estudiar a modo religioso, y no de ir a aprender jugando.

Nunca hablé con nadie de mi familia sobre amor, excepto con mi tío, y ciertamente los libros y alguna película fueron quienes me adoctrinaron en el tema, y con esta chica en tercer grado me pasaron tantas cosas nuevas por la cabeza que sencillamente no había palabras para definirlo, y no hablando a modo poético, si no que realmente, eran cosas nuevas a las que debía ponerle nombre, pensamientos lujuriosos, imaginación a futuro, maquinaciones de millones de coincidencias que nos hagan estar juntos, y la diversión, ah la diversión que eso me daba, podría, es más, debí haberme pasado días imaginando situaciones con ella, para darme cuenta de que no tenía idea de sus gustos, intenciones, apenas si el tono de su voz. Todo lo que sabía era que ella era una buena estudiante, y yo no, por lo que cuándo tenía que resaltar en atención, o pasaba al frente, cada tanto estudiaba por interés (si el tema me interesaba) pero después lo hacía por ella.

Mis conocimientos en literatura, para un niño promedio de escuela primaria, al igual que los de supervivencia ante agresiones, eran por arriba del normal, pero fue en la física dónde fallé en este caso, pues el magnetismo sostiene que son los opuestos los que se atraen, y era un amigo mío quien no hacía mucho por la escuela realmente, pero tenía toda su atención, y yo escuchaba, ya en sexto grado, como le daba besos y demás descripciones de un trofeo, al que yo amaba, y él pulía.

Haciendo sinapsis en el dolor que todos de seguro sufrimos, dije que sería yo mismo desde entonces (en realidad desde antes, porque tengo patente el recuerdo de que esto lo hice en 4to grado) y con esta afirmación detrás mío, le hice un dibujo por día de escuela, religioso, un sarmiento en verdad, día que ella iba, día que obtenía un dibujo.

Y era querido la verdad, era alguien que nadie conocía enteramente, pero que todos querían, porque los podía proteger de los mas grandes, porque podía explicar (igual en esto era la última opción) ciertos temas de materias, y era, en síntesis, un guardapolvo blanco mas, del que todos sabían poco.

No sé por qué, pero en la adolescencia es como si tuviéramos una regresión inmediata a cuando éramos bebes, y exigíamos (exigir, como si tuviéramos derecho) las cosas llorando, no es en parte cierto? "AAAH POR QUE NO ME QUIERE!?!?" - "NOOO NO QUIERO REPROBAAR!" Al menos así funcionaba mi mente, buscaba los "por qué no pasa lo que quiero?" y lloraba de que así no fuese (acortando unos cinco años en tan sólo cinco renglones, ojo).

Salteando el período de la pubertad, nos encontramos con los compromisos que debían ser serios, la vida del adulto que se supone venga después de la secundaria, para que uno piense que es normal preocuparse y carecer de tiempo. Cuando decidí que no me pasaría ninguna de ambas, ahondé en las relaciones, lo que me sorprendió, y no podía dejar de expresar en forma poética.

Era el tercer grado de nuevo, y sentía calor en mis venas por el aroma de ciertas mujeres, saber que ella estaba cerca hacía que el pecho me galope, y realmente era una sensación de vértigo, mi móvil en la vida, mi cuerpo, hacía cosas contraproducentes! Ni hablar de mi mente, entre sudor en las manos, respiración acelerada, carencia de verborragia (por suerte no recuerdo erecciones indeseadas) y una supuesta necesidad de mantener una "Actitud ganadora" me quitaban toda chance de tener éxito en mi cometido, realmente, acabo de describirles algo a tachar en una lista.

Sin embargo aprendí de eso, uno puede aprender, a fluir con lo que siente, el cuerpo actuando como descrito anteriormente, es igual que oponerse a una fuerza opuesta, lo que nos da miedo de tener o no éxito, y hace que nos vuelque el corazón, mas el hacer lo posible por llegar a la otra persona, funciona como fluir a favor de ello, ya no es un margen de error, si no el combustible que lo hace a uno obrar.

Con esta gran lección me dispuse a tener una pareja, una real esta vez, y como mi experiencia en este campo me había dejado en una suerte de desconfianza hacia el otro, decidí tirar ese sentimiento a la basura, hablando decidí confiar plenamente, le pregunté si me amaba y asintió, y nunca más volví a hacer esa pregunta, si sentía amor, y veía amor, no había lo que cuestionar mas que una que otra escenilla de celos, para ponerle pimienta al asunto.

Y mentiría si dijera que no fue bueno, mis amados lectores, mientras duró lo fue. Ahora no puedo cerciorar nada, pues uno recuerda el pasado algo mezclado con pensamientos del presente a veces, y no se realmente si creía o no que terminaría como ahora recuerdo con certeza el creer que terminaría.

La veía decirme que no me dejaría mientras armaba su maleta, y ya en este período, sólo quería saber hasta dónde llegaría antes de darse cuenta que haciendo promesas, llegaría tarde a su partida.

Afronté la situación, porque no daba francamente que perdiera su viaje por mi experimento, con lo que le dí mi versión de los hechos, que le pareció una buena descripción, le cerré su valija y la despedí con un beso.

Supe que le va muy bien en su viaje, y preguntó por mí, pero está viajando por otro medio, asique mi parte siempre se la sintetizo en que estoy muy bien, pero entre nosotros, queridísimo lector, eso solo dice que uno la está pasando bien, pero no explica por qué.

Y es que alguien que no está viajando al igual que uno, no entiende como se está, quien viaja en un auto no tiene el ritmo de los pasos despreocupados de la caminata.

Que como estoy dirá? Caminando, sonriente bajo el sol =)

3 comentarios:

  1. Hace tiempo que no leía algo tan hermoso y tan sincero (L).

    Caminemos.

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  2. Le he cerrado valijas a alguien... fue raro. Sigue siendo raro todo eso. Ahora ambos caminamos, sonrientes pero cada uno por su lado pero ambos felices parece ser... y está bien que sea así.
    Qué lindo cómo hablas de nuestros amores de primaria <3 me trae tan lindos recuerdos (de lo lindo y de los sufrimientos...) y me inspiran una ternura que no sé de donde sale JAJA

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  3. quéeeeee lindo texto, me encantó
    y si, obvio, por suerte aún quedan muchos pequeños paraísos por encontrar, brindo por ellos, y por los que fueron también :)
    besi

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And baby says?