martes, 14 de mayo de 2013
Sobre inspiraciones.
El ángulo a veces es todo. El cómo estás viendo y hacia dónde, puede hacer que decidas en un margen inmenso, o quizá te tientes a abstenerte de una elección, deseando que algo pase, para no tener que hacerte cargo de lo que te estarías perdiendo.
Éste finde me invadió un pensamiento hermoso, no fácil de llevar, pero bueno, ninguno que valga la pena entra en tu cabeza sin acomodarse con algo de esfuerzo. Y tenía un directo vínculo a lo que no ves por mirar a otro lado.
Cómo se te presenta la gente tiene todo lo que ver en cómo respondés y accionás, creo que un foco mío en otros lados malinterpretaron algunos, y pareciera una tontera, pero sentándome a pensar en un futuro alterno (Es una actividad hermosa, se los recomiendo) me dí cuenta de que la opción de que un tren que jamás ponderé tomar, ya haya zarpado.
Y que haya ido hacia un futuro posible mío (O por ahí no, pero más posible que estar sentado como un lerdo pensando en que suceda, seguro) en el cual me pudiera encontrar realmente más feliz.
Lo bueno de no haber intentado ese algo que podría cambiarte la vida, ese abrazo, esa mirada, ese guiño, acercar ese beso, es que al darte cuenta, deseás que no suceda nunca más realmente. Es decir, suena paradójico que me siente a pensar en algo que quizá no pase, cuando la lección que obtengo de eso es a aprovechar cuanto tengo. Pero si la idea de poder acercarte a alguien con quien las cosas podrían haber sido diferentes es tan fuerte (junto al deseo de no andar pensando), quizá necesite accionar sobre eso después de todo.
Lo que nos lleva a lo malo de no hacer intentos, perdés un cambio en tu vida (o posible cambio, al menos) que podría hacerte... Diferente.
Odiaría sentir que dejé pasar dos veces una chance, así que pensé en expresar, al menos, lo mucho que me pasó con sólo pensar en vos:
Viví una tarde hermosa, en mi terraza había música, calor y risas, te sacaba a bailar de a momentos, y por supuesto que éramos lo mejor, el calor se sentía en el pecho, no importaba si corría un viento fresco.
Estuve en un atardecer hermoso, muy lejos y me quedaba mirándote las manos, nunca pude dejar de pensar en si tendrías frío, porque yo suelo tener tanto calor, más con el tuyo cerca.
Me cambiabas un poco y veía mucho más el día, toda vida impacta en otra, e impactabas hermoso para mis cambios.
No puedo terminar nunca de apreciar el valor de los recuerdos, sean creados con la vivencia o la mente. Creo que en todo caso, diciéndome mi ser que estaría mejor con vos, me quiere decir algo, y sobre eso, uno sí se sienta a pensar.
Cuando me siento a pensar en vos, me siento bien =).
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