domingo, 22 de septiembre de 2013
lunes, 16 de septiembre de 2013
Homónimo.
El piano me ha parecido uno de los instrumentos más engañosos, engaño para bien, pues sólo tiene teclas blancas o negras, mas con las mismas se emiten notas que no vibran emociones blancas o negras, ni buenas ni malas, de hecho, todo lo que hay en el medio.
Son los días grises que facilitan a uno el pensar aunque digan que no hay que prometer feliz ni decidir triste, pensar no es decidir ni prometer, es masticar algo a definir, con el juicio propio.
Últimamente encontré un sentimiento propio que me hace. Me ha dado un hogar en mi pecho y me alejó de ayer, ayer cuando tanto pasó y lo que pasó no está en el presente por un poco menos de un segundo, el futuro no vino porque falta menos de un segundo para él, que ya es presente.
El pasado y el futuro no están presentes, calculo que por eso me sentía solo. He permitídome pensar haciéndome tiempo para lo propio, y allí caí en una realidad, o al menos una versión de la misma, una que me hace más feliz.
Es mucho del pasado lo que me molesta, porque en el tiempo pasado yo me había preocupado más o menos por seguir un vínculo, la semana pasada sin ir más lejos. Pensando en cuánto molesta el no recibir interés de una persona que te interesa.
Uno pensaría en tiempo y compararía el esfuerzo propio con el esfuerzo ajeno por lograr regar la relación para que crezca, mas de no suceder, no veo solución en llegar a un arreglo, porque no quiero un arreglo, quiero un amor, o quería, ahora mismo, en el presente no estoy particularmente interesado.
Es lo armónico de la sorpresa de un "Te extraño" que hace a uno enamorarse, no existe el pretender que con escenas o emisiones de deseos, la realidad cambie y los sentimientos y necesidades ajenas también. Es la conducta a lo sumo lo que cambie, pero es una pícara que nos engaña.
La atención a lo que necesito ahora es lo que me permite ser feliz, porque entendiendo y aceptando, se que soy yo quien quiere a la otra persona al lado, al menos por hoy, y por eso le invito hoy, porque si revisamos el pasado, mañana podría no tener la misma urgencia y no es justo pretender que el otro la tenga.
Así pues, como encuentre labios que el pecho me exprese en necesidad de probar, es cuando robaré un beso, no pensando en que ayer les quería, aceptando que hoy no están, y fantaseando con que lleguen mañana, no en melancolía, porque el pasado es mío, en alegría, porque me entretiene un pensamiento de algo que ahora no es, que haya pasado o que vaya a pasar, se ve igual, lo recuerde o lo invente.
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