Un amor del que nunca fuí parte, en una calle que transité en la lluvia
Una compañera que nunca me tomó la mano, pero con puro amor nos abrazamos
Un colectivo que nunca llegó, una espera que recuerdo.
Cuando esa espera recuerdo, y por esa esquina paso, me doy cuenta de un muchacho igual a mí, que espera en la lluvia aunque el día esté soleado.
No por falto de fortuna, no culpa al amor ni a la muchacha ni a la noche ni a la playa (luismi ladrón, eso es de jackson 5) y siendo la lluvia la consecuencia, difícilmente tenga la culpa, no, es sólo una consecuencia, él... tiene la espera y la lluvia.
Me acuerdo de varias cuadras caminadas, de agua en todos lados, de lo poco que importaba, del mejor beso que me hayan dado, y de ser TAN estúpido, de pedir uno de más.
Pedir es una palabra leve, a cierto nivel siento que lo exigí yendo a por tus labios a la despedida, me siento tonto, por no haber sabido jugar.
Concentrándome, a veces, logro percibir tu olor, es ahí cuando es claro que un psicólogo no debe estar en mis inmediaciones, no me siento cuerdo normalmente, y menos estando loco de amor por vos, no hay cuerdos que se queden bajo la lluvia, las propagandas nos dicen que eso no es bueno.
Una mano que nunca tomé, ojos que no dejo de ver, y maneras que no puedo adaptar.
Siempre me pregunté quién te querría tanto como yo, y a cuántas quisiste, y cuánto me querés a mí, y por qué les querés mas a otros.
Hay un lento que siempre quise bailar con vos, una cena que siempre quise que tengamos, una rutina de la que nunca fuí parte, y chistes que nunca contaré a tus padres.
Cariños que no podré darte y textos que ya no puedo dar a alguien.
Una carta en cada cumpleaños hasta sentir que te molestaba, y poco que pensar a la hora de regalos, idioteces del momento y nunca una adecuada.
Ahora entiendo por qué todo lo anterior así se da, y por qué espero en la lluvia.
Nunca pude explicar por qué me gusta pasear en el diluvio, y nunca supe qué me hizo desencajar en el mundo.
Sé que pasó, y que estoy del otro lado del espejo, y separados están nuestros mundos.
Será que por eso verte es un milagro, y un sueño hecho realidad
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Nada mejor para un loco de amor que lavar sus penas un rato bajo la lluvia. Si es de noche, mejor.
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