Quizá no me recuerdes, tan seguido como yo me refiero, que sí te recuerdo, y es posible que no seas la persona que yo veo al verte. Quizá algún día un amigo me vea recordándote, y corra enojado a preguntarte:" Qué has hecho con mi amigo?"
Me acuerdo muy bien de verte, cómo resaltás en todo, me acuerdo bien de nosotros, pues repaso con frecuencia.
No soy tan egoísta como para tomar lo que no es mío, pero en valor de expresión: Mataría por ver un gesto tuyo, nunca vi tanta determinación o gracia, y suerte que no me vigilan como para ver que perdí el control de nuevo.
Tengo ganas de ceder ante todo a veces, al amor, dure un minuto o más, o menos, ceder ante la pena, ante la alegría, ante la tristeza, ante el orgullo, ante el odio, la ira, explorar cada sensación, pero qué egoismo! El amor lastima cuando se termina, y el odio, lo que dura. Es lo bueno de escribir a mano, que el pulso siente estas emociones, y para un adicto al sentir, es un alivio para mantenerse encarrilado.
Y ya pasó."
El pulso siente las emociones y la letra se va deformando de a poco segun como ellas van apareciendo.
ResponderEliminarY si salen muy rapido o violentas o entusiasmadas el renglon no alcanza.
casi como el tiempo ¿alcanza el tiempo?
Sensaciones irremplazables: agarrar un manuscrito de hace tiempo y ver la letra, el pulso, la presión, si la hoja está marcada porque tenías las manos transpiradas, si la hoja está arrancada de algún otro lado, mirás de dónde pudo haber sido...
ResponderEliminarQué lindo escribís, es muy sincero... Me conecta con mis sinceridades inexploradas.
Ojalá pudiera abrir mi cuaderno azul...
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