martes, 10 de junio de 2014

Sobre extrañar.



Una vez ví la mayor cantidad de agua y cielo que haya visto en veintiséis años, mientras lo hice puse este tema y no escuché nada más.

Estaba lejos, para lo que "lejos" pueda significar.


El viento habla y escribe, no con palabras ni sobre hojas, pero queda asentado en la piel, en un surco de la mejilla o un ojo que llora por seco.

Pensé que el agua, siendo el elemento de la empatía, me susurraría algo también y creo que tuvo lo que ver con extrañar.

Creo que lo más rudo de extrañar es la persona que alguien era, alguien que no está necesariamente lejos en el aspecto físico, pero que al mismo tiempo no es quien extrañamos, sino el cuerpo donde una vez estuvo.

Le ví en diferentes ojos, pero nunca estuvo ahí por mucho tiempo, creo que se fué para mantenerme corriendo tras de sí.

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