martes, 6 de octubre de 2015
Sobre direccionamientos y el cariño
Este fin de semana viví movimientos emocionales vinculados con el pasado. Vinculados con el amor, amor familiar, amor amistoso y el recuerdo de alguna amante que me quedó.
Tuve unos momentos, unas horas y quizá llegaron a ser dos días, donde mi procesar de emociones no fué fácil, tomó un rumbo similar a otros en el pasado que comprobé, ya no sirven ni nada aportan. Impactó de vuelta la palabra "Amor" en forma de pregunta: Lo tenés? Lo tuviste? Lo podés sentir?
Casi que tenía un "No" para cada una de esas preguntas.
Me veo a mí hoy por hoy y muchos logros y desestancamientos se alcanzaron por dejar atrás a una persona muy amada por mí, que en mí existe, es en el último lugar donde le ví.
Hoy es una realidad, ese amor no está y me pone a pensar, me dan ganas de meterme de nuevo en un laberinto de posibilidades. Y si pudiera intentar un poco más? Quizá pudiera ser más claro. Toda clase de planteos que devinieran en uno volviendo a intentar un accionar que le ha hecho cada vez un pozo más profundo. Es como si escalara hasta salir del agujero sólo para tirarme de vuelta, estará linda la caída, qué se yo.
Nunca dejé de creer en que el amor es el responsable de que creemos y crezcamos en nuestro transcurso por este plano, pero no siempre es como a uno le gustaría que fuera, tengo entendido que son las menos de las veces.
Abracé la idea de que por ahí a veces el amor viene a tacharnos posibilidades que desbaratan parte de nuestro potencial, de nuestra fuerza, de nuestro foco.
A veces nos es suficiente con la otra persona, dejaríamos todo un transcurso en nuestra vida que nos podría dar otros frutos, sólo por ver una vez más a otra persona. Dejamos de ver a otros enamorándose de nosotros, cancelamos historias de amor que nunca vieron la luz, sólo por seguir intentando en historias que no han de concluír en la forma de amor que buscamos.
A veces creo que esas azules historias de amor están para darnos más suspiros cuando el mundo no nos dará más que tiempo, para parecer ocupados yendo unos minutos a lo que podría haber sido. Me encuentro a veces frenado en mi trabajo o alguna actividad, muchos de mis textos tuvieron su chispa por ese medio, tuvieron esa aparición fugaz y nada más requirió. Nada más que un aroma o una foto o una imagen parecida a otra, muchas veces es un lugar y otras, vienen de golpe y sin excusa.
Hay que ver en qué parte de la rueda uno se encuentra, si en momento de cosechar o de plantar. A veces creo que he plantado amor y que se riega cuando se llora. Quizá esta primavera traiga algo más.
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