martes, 6 de mayo de 2014
Resiliencia
No soy consciente de todos mis rasgos y creo que algunos los tengo mal concebidos, mas del cual siempre me supe valer es el de no rendirme, es una situación que me perturba y lo evito, al menos hasta que me doy cuenta de que la alegría dejó de estar en la perseverancia.
Ésta conducta me ha traído dificultades en el campo más minado de mi vida (Ja, minas.. ¿entienden?) que ha resultado ser el amor. Ha sido fácil para mí persistir y no rendirme mientras el amor existió, es sencillo, sólo tenés que admitir que nada te hace sentir más vivo.
El problema y las dificultades vinieron cuando los sentimientos son unilaterales, persistir con tu amor a alguien que no te ama es casi un sinónimo de atacarle, acechar y asediar con cariño a alguien que no quiere recibirlo es agresivo, se quiera o no, ese "Te quiero", esa caricia buscada y esa mirada azul pueden llegar como piedras a un cristal.
Es entonces cuando me confundo muchísimo cuando hay amor desde una sola costa, pues es insano que dos personas tengan un intercambio en esas condiciones, lo que emana el desenamorado con sólo estar respirando, a su enamorado le destruye. Tal como la comida que jamás llega a la boca del hambriento, pero que puede distinguir cada ingrediente con el aroma. Hay una suerte de vidrio entre ambos, que uno desea mantener y otro atravesar, hay un tesoro en el calor de la sangre del enamorante que es el único motivo de vida del enamorado.
Hecho el punto, no pude jamás lograr sinergia ni paz cerca de alguien a quien amo y no me ama. Y si el juego sólo lo gano logrando que me ame, entonces está perdido desde ya y mi persistencia va a lograr lo mismo que una pluma buscando ir contra el viento.
Ya que el enamorado no puede ser amado por el enamorante, se para uno frente a una lección de vida, pues muchas cosas he cambiado y vidas he tocado para bien y para mal con mi persistencia. Es sólo normal que algo que yo no pueda cambiar, deba cambiarme a mí.
Debo entonces cambiar y perder quien soy para poder vivir, pues lo que estoy tomando por amor, no me da amor y no puede dármelo.
"Eres lo que amas, no lo que te ama"
Por eso debo cambiar yo, pues ella no es yo, siendo yo quien le ama. Yo soy Ella, pues la amo, pero sostengo una vida que no perdura, que termina en rendirse en conocer el amor y es eso lo que me invita a morir, pues no quiero una vida sin amor.
Debo morir pues, porque lo que amo no es vida, si no es vida es muerte y cuando ame a cuanto vida me dé, entonces viviré. Por eso cuando ame algo distinto me convertiré en ello.
Y con suerte me amará también.
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