sábado, 11 de febrero de 2023

Sobre lecciones de un invierno del que escapé


"Once de febrero de 2023:


Es 2008 y tengo mi primer trabajo, me ascienden y lo considero progreso. No me es problema mostrarme astuto, si bien creerme astuto me ha metido en unos cuantos.

Desde mi cuarto, en lo de mis padres, hablo con tanta gente pueda e imagino una vida sin necesidad de padres, de independencia. Ofrezco treguas al living que transita mi familia durmiendo en el sillón y poniendo un disco para la siesta.

Las personas más desinhibidas están en la sangre de mi madre, pero el más desinhibido es mi tío, del lado de mi padre. En los Santos hay un gen artista y otro muy técnico y preciso, en los varones González, también (hay arte).

Encuentro a [ ] mirándome en un espejo que usan en el trabajo para vigilar, es la primera mujer que me atrae y no me aterra. Sucede una vez por día y se pone colorada, yo surfeo la emoción con la gracia de quien estudia locución apagando la cabeza pero la boca piensa sola y se ríe entre los discursos que doy estrenando un rol de autoridad en mi primer trabajo, quería ser el jefe que el operador que fuí admiraría. Un día estoy de descanso y ella viene a cenar, nunca sabré si fué coincidencia. Hablando tiro las dos o tres cosas en mi vida sobre las que puedo ostentar, haber hecho acrobacia es una, por suerte no preguntó cuánto tiempo, solo me hizo notar que tenía mala postura para un acróbata.

Desde mi cuarto, el MSN me deja volar por su ventana, acuerdo pasarla a buscar en mi arduamente obtenido franco un jueves, me pregunta si voy a pasar y afirmo, por suerte no pregunta nada mas y hablamos sobre la cerveza a posteriori.

Ese día sale a las doce y mi jefe también, caminamos los tres unas cuatro cuadras y nuestra idea de sigilo fracasa. En el bar hablamos y me toma la cara con ambas manos. Siempre me cautivaron los ojos oscuros y cabello negro, solo puedo pensar en cómo me está enamorando una rubia de ojos claros. Por supuesto me besa ella, mis anécdotas se acabaron y por algún motivo, dispara "viernes 3AM" en mi mente y no dejo de cantarla al día siguiente.

Recuerdo que cortamos y volvimos como tres veces, me voy a atribuir la culpa la verdad.

Siempre pensé que  (yo) sabía mucho por el dolor atravesado, pero ella sabía tanto sobre amor. Nunca alguien me durmió con sus manos. Recuerdo que ví "little miss sunshine" con ella y me explicó lo importante de tener hermanos. Nunca pude decirle que el mío cortó la violencia cuando sangró, tampoco ventilaba el gran dúo que éramos (con mi hermano) en el Donkey Kong.

Ella tenía negativos de la patagonia en su ventana de viajar de mochilera, yo creo que me había escapado una vez diez días a La Cumbrecita.

La tercera fué la vencida, nos separamos en paz y me enseñó que las mujeres cagan (viendo a la vecina de enfrente), el vencido fuí yo. No por lo de la vecina, en nuestro primer o segundo corte, sus ojos miraron a mis malos rasgos, son dos círculos verdes, cómo logran tanto en mí?

Me fuí, diciéndome que estaba en un viaje interno y no era mentira, en esos meses cambié mucho, me moví porque sentí que debía escaparme de un invierno acechante.

Y la pena será siempre preguntarme:

'Qué hubiese pasado si tolerabas ese invierno?' "


 Último extracto del último cuaderno azul hasta esta fecha.